La relatora especial de Naciones Unidas sobre la Tortura, Alice Edwards, expresó el jueves su preocupación y solicitó información al gobierno de Ecuador sobre las condiciones de prisión en las que cumple condena el exvicepresidente Jorge Glas. Estas preocupaciones surgen tras un informe elaborado con base en informes entregados por la defensa de Glas.
El exvicepresidente, de 54 años, está recluido en una cárcel de máxima seguridad en Guayaquil. Fue detenido a inicios de abril, después de que la policía ecuatoriana irrumpiera en la embajada de México en Quito, donde buscaba como obtenerilo. Actualmente enfrenta dos condenas por corrupción y un proceso penal más pendiente. Desde su encarcelamiento, él y su equipo legal han reclamado por su estado de salud. En una ocasión, Glas tuvo que ser hospitalizado por una descompensación atribuida, según las autoridades, a su negativa a comer.
El informe de la relatora de Naciones Unidas detalla que Glas permanece en una «pequeña celda sin ventanas, hasta 23 horas al día y sin contacto social significativo», además de estar sometido a un «confinamiento solitario» con pocas horas de iluminación. Por su parte, el gobierno ecuatoriano ha rechazado los argumentos de que Glas sea un perseguido político, asegurando que responder ante la justicia por delitos comunes. También han informado que el exvicepresidente ha recibido múltiples atenciones médicas durante su reclusión.
«Me inquietan los informes médicos y de otra índole que sugiere que Glas fue sometido a tortura», señaló Edwards en un comunicado difundido por la relatoría de la ONU en su página web y redes sociales. La relatora hizo un llamado al gobierno ecuatoriano para garantizar un trato humano y digno a Glas, advirtiendo que «su situación puede ser mortal». Además, pidió información sobre las acciones emprendidas para «investigar y procesar las graves alegaciones de tortura».
La respuesta del gobierno ecuatoriano
En un mensaje en X (antes Twitter), la abogada de Glas expresó satisfacción por el pronunciamiento, destacando los «muchos esfuerzos legales» realizados para visibilizar el caso. En septiembre, Glas reportó complicaciones de salud, similares a las registradas cuatro meses antes cuando fue atendido en un hospital de Guayaquil por una descompensación. Fue dado de alta dos días después, tras evaluaciones que determinaron que su estado de salud era aceptable.
A finales de octubre, una delegación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos visitó a Glas en prisión para conocer su situación, y se espera un informe sobre el caso. Jorge Glas, quien fue vicepresidente entre 2013 y 2018, durante los gobiernos de Rafael Correa y Lenín Moreno, cumple dos sentencias de 6 y 8 años de cárcel por corrupción. Además, enfrenta una investigación por presunto peculado relacionado con el mal uso de fondos públicos en obras de reconstrucción tras el terremoto de 2016.
Te puede interesar: Hana-Rawhiti Maipi-Clarke, de 22 años, protagoniza un acto de desafío en el Parlamento de Nueva Zelanda al romper un proyecto de ley sobre el Tratado de Waitangi