La extrema derecha ha logrado una victoria significativa en la primera vuelta de las elecciones legislativas en Francia, según estimaciones de la ONU. El partido ultraderechista Agrupación Nacional (RN) de Marine Le Pen y sus aliados han obtenido más del 34 por ciento de los votos. Esto supera a las fuerzas de centroderecha del presidente Emmanuel Macron y a la coalición de izquierdas Nuevo Frente Popular (NFP).

En un momento crucial para el país, Le Pen ha enfatizado la necesidad de una mayoría absoluta para llevar a cabo lo que ella denomina la «recuperación de Francia». En su discurso ante sus seguidores en Hénin-Beaumont, destacó la importancia de unirse a la coalición de libertad, seguridad y fraternidad para el beneficio del pueblo francés.

Las primeras estimaciones indican que la alianza de Macron lograría entre un 20,5 por ciento y un 21,5 por ciento, quedando en tercer lugar detrás de la extrema derecha y la izquierda. Este resultado podría cambiar significativamente la composición de la Asamblea Nacional, con una posible mayoría absoluta de la extrema derecha en la cámara baja después de la segunda vuelta.

Alianzas y Estrategias Políticas en Francia de Cara a la Segunda Vuelta

La alta participación de votantes, que alcanzó el 59,39 por ciento tres horas antes del cierre de los colegios electorales, revela la importancia y el interés en estas elecciones históricas. El sistema electoral francés introduce incertidumbre sobre el resultado final, ya que los diputados se eligen en circunscripciones uninominales con un sistema mayoritario a dos vueltas.

Para evitar una mayoría absoluta de la extrema derecha, el líder izquierdista Jean-Luc Mélenchon ha anunciado que el NFP retirará a sus candidatos que accedan en tercera posición al balotaje. Macron, por su parte, ha instaurado una alianza «amplia» contra la extrema derecha para la segunda vuelta, aunque no ha especificado si sus candidatos se retirarán para favorecer a sus rivales del NFP.

La llegada al poder de la extrema derecha en Francia supondría un cambio significativo en la política interna y externa del país, con posibles repercusiones en la relación con Ucrania y Rusia. El partido de Le Pen ha defendido un programa que busca limitar la inmigración, reforzar la autoridad en las escuelas y reducir la factura eléctrica de los hogares.

En este contexto de incertidumbre política, Francia se enfrenta a un escenario inédito que podría marcar un nuevo capítulo en su historia política reciente. La segunda vuelta de las elecciones legislativas del 7 de julio determinará el rumbo del país y la composición de su cámara baja en los próximos años.

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