Bogotá.- El pasado 7 de octubre de 2024 marcó un año desde el inicio de la intensificación del conflicto árabe-israelí, tras el ataque del grupo terrorista Hamás a los asistentes del festival Tribe of Nova en el desierto de Negev, al sur de Israel. Este acto dejó cientos de muertos, lo que llevó al Estado de Israel a tomar medidas de represalia en la franja de Gaza.

En un acto de solidaridad, miles de colombianos salieron a las calles de Bogotá para expresar su apoyo a ambas partes del conflicto. Sin embargo, la manifestación pacífica se tornó violenta en la Embajada de Estados Unidos, ubicada en Quinta Paredes.

Un grupo de manifestantes, proclamando su apoyo al Estado Palestino, se congregó frente a la embajada en rechazo al papel de Estados Unidos en el conflicto. A esto se sumaron encapuchados que comenzaron a atacar las rejas del recinto diplomático, poniendo en peligro las relaciones bilaterales entre Colombia y EE.UU.

La Policía Metropolitana intervino con la Unidad de Diálogo y Mantenimiento del Orden para contener la situación. Más de 200 personas intentaron ingresar por la fuerza a la embajada, enfrentando resistencia de las autoridades. Los videos compartidos en redes sociales muestran la violencia desatada contra la policía, e incluso el intento de prender fuego al recinto.

El acto vandálico se extendió a la carrera 13 con calle 60, donde se registraron daños a fachadas de entidades bancarias. La Alcaldía de Bogotá desplegó unidades de diálogo para calmar los ánimos, pero la violencia persistió obligando al cierre de negocios en la zona.

Los manifestantes exigieron a la ONU y la Otan intervenir para resolver el conflicto, solicitando sanciones contra Israel y sus aliados políticos por lo que consideran un genocidio en Palestina. A pesar de todo, el alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, no ha emitido pronunciamientos ni implementado medidas de seguridad para proteger a la población y garantizar la movilidad en la ciudad.

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