Papa Francisco lamenta un mundo en el que todo es «social» durante misa de Miércoles de Ceniza
14/02/2024 - Hace 2 meses en InternacionalPapa Francisco lamenta un mundo en el que todo es «social» durante misa de Miércoles de Ceniza
El Vaticano.- En una misa cargada de reflexiones y llamados a la introspección, el Papa Francisco inauguró oficialmente el periodo de Cuaresma durante la celebración del Miércoles de Ceniza. En su homilía, el Sumo Pontífice expresó su preocupación por un mundo obsesionado con lo «social».
El Papa invitó a los fieles a dejar de lado las máscaras que utilizamos para aparentar ser mejores de lo que realmente somos. «Significa mirarnos por dentro y tomar conciencia de quiénes somos realmente, quitándonos las máscaras que a menudo usamos, disminuyendo el ritmo de nuestro frenesí, abrazando la verdad de nosotros mismos«, destacó.
Durante la imposición de la ceniza, símbolo de la finitud de la existencia, el Papa Francisco remarcó que la Cuaresma no solo es un tiempo de purificación, sino también una invitación a dejar de vivir en la superficie y buscar un lugar secreto donde detenernos y cuidarnos a nosotros mismos. «Nos encontramos inmersos en un mundo en el que todo, incluso nuestras emociones y sentimientos más íntimos, debe volverse ‘social’«, lamentó.
Papa Francisco llama a la reflexión durante el Miércoles de Ceniza
El Sumo Pontífice se cuestionó cómo puede ser social aquello que no brota del corazón y destacó que incluso las experiencias más trágicas y dolorosas corren el riesgo de no tener un lugar secreto que las custodie. «Todo debe ser expuesto, ostentado, entregado al parloteo del momento«, añadió.
En ese sentido, el Papa llamó a la oración silenciosa de adoración y a no tener miedo de quitarse los revestimientos mundanos para volver al corazón, a lo esencial. La misa de Miércoles de Ceniza, celebrada en la basílica de Santa Sabina de Roma, contó con la participación de varios cardenales, obispos, clérigos y monjes benedictinos y dominicanos, así como fieles que se unieron a la ceremonia.
El Papa Francisco, conocido por sus problemas de movilidad, no participó en la procesión previa a la misa, pero sí bendijo la ceniza sentado con un hisopo. El cardenal Mauro Piacenza, Penitenciero Mayor y oficiante de la misa, fue quien se encargó de imponer la ceniza sobre la cabeza del Sumo Pontífice, así como del resto de los asistentes a la celebración.
