Ciudad El Vaticano.- El Papa Francisco urgió a las farmacéuticas a liberar lo más pronto posible las patentes de sus vacunas anticovid para que puedan estar disponibles en los países más pobres.

Es así, como el Papa Francisco hizo un llamado este sábado para que los laboratorios puedan ya liberar sus patentes de sus vacunas; pues solo el tres o cuatro por ciento de la población en algunos países ha sido vacunada.

El pontífice declaró que, aunque muchas personas, incluso en la misma Iglesia; ya lo consideran como “una plaga” por defender a los pobres y más vulnerables, que eso no lo detendrá porque es parte del cristianismo.

Por ello, dijo que seguirá gestionando por los más pobres en la lucha contra la exclusión y la desigualdad.

Pide a países ricos que cancelen deudas a naciones más pobres. Foto: Cortesía

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El líder religioso estableció comunicación en el Encuentro Mundial de Movimientos Populares, una agrupación de movimientos sociales que llaman la atención sobre la desigualdad laboral, propiedad de la tierra, atención médica y otros problemas de rezago social.

Asimismo, solicitó a las industrias como la minería y la maderera, a que dejen de destruir los bosques, humedales y montañas; pero que también se dejen de contaminar ríos y mares, para evitar envenenar los alimentos y las personas.

Entre sus sugerencias para reducir esta brecha de desigualdad, está que los países ricos e instituciones financieras cancelen las deudas de las naciones más pobres.

Incluso, sería conveniente que, quienes se dedican a fabricar y comercializar armas, debería de dejar de contribuir a esos espantosos juegos geopolíticos que costaron millones de vidas desplazadas y muertos.

En su mensaje sabatino, exhortó a dueños de las grandes empresas de tecnología a no permitir el discurso de odio, las noticias falsas, teorías de conspiración y la manipulación política.

Los diferentes gobiernos deberían pensar en establecer un ingreso básico universal, e incluso acortar la jornada laboral para que más personas puedan tener trabajo.

Ante lo expuso, consideró que ya es tiempo de frenar la locomotora descontrolada que se precipita hacia el abismo, en donde este sistema, con su implacable lógica de lucro, escapa a todo control humano. “Aún hay tiempo”, expresó.

Finalmente, aseveró que lamenta que muchos católicos se enojen cuando se propongan este tipo de situaciones, en donde lo que está en juego es el Evangelio.

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