En Chile, la gestión del agua se ha convertido en un problema crítico, afectando a gran parte de la población. Desde la Cordillera de los Andes hasta el océano, el agua corre a través de Chile, nutriendo los valles montañosos.

Sin embargo, la privatización de este recurso vital bajo el modelo de concesiones ha creado un escenario donde los derechos sobre el agua se asemejan a la compraventa de mercancías, como estipulado en la Constitución política de 1980, impuesta durante la dictadura de Augusto Pinochet.

Impacto en las comunidades

Este modelo ha tenido un impacto severo en las comunidades, dejándolas sin acceso adecuado al agua y permitiendo el saqueo por parte de empresas. En la cuenca del Valle del Elqui, en la Región de Coquimbo, comunidades indígenas preservan sus tradiciones culturales, pero enfrentan amenazas de proyectos extractivistas que ponen en riesgo su forma de vida ancestral.

Desafíos actuales

El acceso al agua se ha convertido en un desafío para 156 de las 345 comunas en Chile, con un riesgo de desertificación que afecta al 38% de la población. La precaria institucionalidad para defender los derechos de las personas exacerba la situación.

Consecuencias futuras

La falta de agua y el riesgo de desertificación representan no solo un problema inmediato sino una amenaza continua para el futuro de Chile. La población sigue en alerta, buscando soluciones y protecciones efectivas para asegurar el acceso al agua y salvaguardar su modo de vida.

Este problema subraya la necesidad urgente de revisar las políticas de gestión de recursos naturales y fortalecer las instituciones para proteger los derechos básicos de las comunidades afectadas.

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