Washington, Estados Unidos.- Menos de tres meses después de que el expresidente Donald Trump dejara la Casa Blanca, la carrera para superarlo en la cima del Partido Republicano en 2024 ya está comenzando.

El exsecretario de Estado de Trump, Mike Pompeo, ha lanzado un calendario agresivo, visitando estados que jugarán un papel fundamental en las primarias de 2024, y ha firmado un contrato con Fox News Channel.

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Mike Pence, el exvicepresidente de Trump, inició un grupo de defensa política, finalizó un contrato de libros y, a finales de este mes, dará su primer discurso desde que dejó el cargo en Carolina del Sur. Y el gobernador de Florida, Ron DeSantis, ha estado cortejando a donantes, incluso en el patio trasero de Trump, con un prominente espacio para hablar ante el expresidente en una cena de retiro de recaudación de fondos republicana este mes en Mar-a-Lago, el resort de Florida donde Trump ahora vive.

Trump terminó su presidencia con un control tan firme sobre los votantes republicanos que a los líderes del partido les preocupaba que congelara el campo de posibles candidatos para 2024, retrasando los preparativos mientras se burlaba de otra carrera. En cambio, muchos republicanos con ambiciones nacionales están sentando abiertamente las bases para sus campañas.

Están organizando recaudaciones de fondos y fortaleciendo sus networks para tratar de ser los elegidos por el partido en las futuras elecciones de 2024.

Trump, al menos por ahora, les está dando mucho margen de maniobra, convencido de que representan una pequeña amenaza para sus propias ambiciones.

“Es un país libre. La gente puede hacer lo que quiera ”, dijo Jason Miller, asesor de Trump, en respuesta a las medidas. «Pero», agregó, «si el presidente Trump decide postularse en 2024, la nominación será suya si presta atención a las encuestas públicas de votantes republicanos».