La directora del Servicio Secreto de Estados Unidos, Kimberly Cheatle, reconoció ante el Congreso que el intento de asesinato contra el expresidente Donald Trump fue catalogado como «el mayor fracaso operativo» de la agencia en décadas. El incidente, que tuvo lugar el sábado 13 de julio durante un mitin político, dejó al exmandatario herido levemente y causó la muerte de una persona, así como lesiones graves a otras dos.

El ataque ocurrió aproximadamente a las 6 de la tarde, cuando Trump se dirigía al público. El sospechoso, identificado como Thomas Matthew Crooks, de 20 años, armado con un rifle estilo AR-15, disparó desde una posición fuera del área acordonada, pero lo suficientemente cerca para herir al exmandatario.

Tras ser alcanzado en la oreja, Trump fue rápidamente evacuado por su equipo de seguridad. A pesar de que Crooks fue abatido por los francotiradores del Servicio Secreto, el tiroteo ha generado conmoción en todo el país y plantea dudas sobre la seguridad en los eventos de campaña.

Las investigaciones en curso apuntan a determinar las posibles motivaciones detrás del atentado, aunque no se han encontrado conexiones con un supuesto complot iraní que había sido reportado previamente a las autoridades. La actuación sospechosa de Crooks antes del tiroteo fue notada por varios asistentes al evento, quienes alertaron a las autoridades sobre su comportamiento inusual cerca de los detectores de metales.

Tras la información del supuesto complot iraní contra Trump la administración del presidente Joe Biden se puso en contacto con el Servicio Secreto. Acto seguidos se avisó a la seguridad de Trump, el cual solicitó más recursos y personal para garantizar una protección adecuada en los eventos en los que participaba el expresidente. Sin embargo, estas solicitudes fueron rechazadas repetidamente por altos funcionarios del Servicio Secreto, quienes alegaron falta de recursos como razón principal.

Los agentes encargados de proteger a Trump habrían solicitado magnetómetros, más agentes, así como más francotiradores y equipos especializados, afirmaron cuatro fuentes al Washington Post.

A pesar de la falta de recursos, Cheatle reconoció a los agentes que actuaron con rapidez para proteger a Trump una vez sonaron los disparos.

«Estoy más que orgullosa de las acciones llevadas a cabo por el equipo del ex presidente, el equipo de francotiradores que neutralizó al pistolero y el equipo táctico que proporcionó cobertura durante la evacuación», dijo.

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