Una mina de proximidad colocada en una carretera del distrito de Waziristán del Norte, en Pakistán, causó la muerte de 11 trabajadores y dejó dos heridos graves. El suceso ocurrió el sábado 19 de agosto por la noche, cuando una camioneta que llevaba a 16 jornaleros activó el explosivo al pasar por encima.

La zona donde se produjo el ataque es una región montañosa que fue escenario de enfrentamientos entre el ejército paquistaní y los grupos insurgentes islámicos durante años. Aunque el ejército realizó una ofensiva para expulsar a los rebeldes hacia Afganistán, estos siguen realizando atentados contra objetivos militares y civiles.

El agente de policía Ibrar Khan informó que no encontraron en el lugar a los otros tres trabajadores que iban en el vehículo y que se presume que huyeron hacia las montañas para evitar más ataques. Llevaron a los dos heridos a un hospital cercano.

Ningún grupo armado ha asumido la autoría del ataque en Pakistán hasta ahora

El gobierno paquistaní condenó el hecho y expresó sus condolencias a las familias de las víctimas. Este incidente se suma a la ola de violencia que azota a Pakistán desde hace años, debido al conflicto entre el Estado y los grupos extremistas que quieren imponer su versión radical del islam. Según datos del Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW), Pakistán sufrió más de 1.500 ataques terroristas en 2022, que provocaron más de 3.000 muertos y más de 5.000 heridos.

La situación se ha complicado tras la retirada de las tropas estadounidenses y sus aliados de Afganistán, que ha dejado al país vecino bajo el control del movimiento talibán, que tiene vínculos con algunos grupos armados que operan en Pakistán. El gobierno paquistaní ha manifestado su apoyo al proceso de paz en Afganistán, pero también ha advertido que no tolerará ninguna injerencia externa en sus asuntos internos.

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