Narges Mohammadi, premio Nobel de la Paz, fue condenada a seis meses más de prisión por un tribunal de Teherán, junto a otras cuatro prisioneras, por protestar en la cárcel contra la ejecución de un preso. Esta es la séptima sentencia contra la activista desde el año 2021, en un claro intento de sofocar su voz disidente.

La familia de Mohammadi informó en redes sociales que la nueva sentencia fue consecuencia de la protesta pacífica de la activista contra la ejecución de Reza Rasai en la prisión de Evin. El fallo fue dictado el pasado sábado por el juez Abolfazl Amari Shahabi en la sala 2 de la corte criminal del complejo judicial Ghods de Teherán.

Además de Mohammadi, Pakhshan Azizi, Varishe Moradi, Mahbubeh Rezai y Parivash Moslemi también recibieron seis meses adicionales de prisión, excepto Moslemi, que sumó tres meses y un día más a su condena.

La acusación se basó en «resistencia a órdenes» durante la protesta en la prisión el 6 de agosto por la ejecución de Rasai, relacionado con el asesinato de un agente de inteligencia.

Muerte de Mahsa Amini

La muerte de Mahsa Amini, una joven de 22 años detenida por no llevar correctamente el velo islámico, desató una ola de protestas en Irán en septiembre de 2022. La brutal represión que siguió a las manifestaciones dejó 500 muertos, 22 mil detenidos y 10 manifestantes ejecutados. En medio de este escenario, Mohammadi fue golpeada en el pecho y se desmayó durante la protesta en Evin.

La familia de la activista denunció que las autoridades iraníes le niegan tratamiento médico y le impiden realizar pruebas para sus problemas cardíacos y un bulto en su pecho. Mohammadi, de 52 años, ha sido sentenciada en siete ocasiones desde 2021 a un total de 13 años y nueve meses de prisión, además de 154 latigazos y otros castigos.

A pesar de las condenas y el encarcelamiento, Mohammadi ha continuado denunciando las violaciones de derechos humanos en Irán, especialmente la pena de muerte y la violencia contra las mujeres que no usan el velo islámico. Su valiente lucha le valió el Premio Nobel de la Paz 2023, por su incansable trabajo en favor de los derechos humanos y la libertad en su país.

La condena de seis meses adicionales a Mohammadi y otras cuatro prisioneras es un claro intento de silenciar a una voz incómoda para el régimen iraní. La comunidad internacional debe hacer frente a estas injusticias y exigir la libertad de la activista y el respeto a sus derechos fundamentales.

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