Alabama llevó a cabo el jueves la ejecución de un hombre que fue declarado culpable de asesinar a tres personas durante tiroteos en diferentes lugares de trabajo, utilizando gas nitrógeno.

Este método ha suscitado un intenso debate en Estados Unidos acerca de su humanidad y efectividad.

Alan Eugene Miller, de 59 años, fue declarado muerto a las 6:38 de la tarde en una prisión del sur de Alabama. Durante el proceso, se observó que su cuerpo se agitaba y temblaba en la camilla durante aproximadamente dos minutos, en los cuales en ocasiones intentaba liberarse de las correas.

Posteriormente, respiró de manera entrecortada durante unos seis minutos hasta que quedó inmóvil.

Miller había sido condenado por el asesinato de Lee Holdbrooks, Christopher Scott Yancy y Terry Jarvis en 1999.

El estado ya había intentado ejecutarlo en 2022 mediante inyección letal, pero esa acción fue frustrada.

En sus últimas palabras, Miller afirmó: «No hice nada para estar aquí», aunque algunas partes de su declaración fueron difíciles de escuchar debido a la mascarilla de gas que le cubría la cara. Testigos del juicio no dudaron de su culpabilidad, confirmando que él fue quien disparó contra las tres víctimas.

Durante la ejecución, Miller también hizo una solicitud a sus familiares y amigos para que «cuidaran» a alguien, pero el nombre que mencionó no fue audible.

Este fue el segundo uso de este nuevo método de ejecución en Alabama, que se implementó por primera vez en enero con la ejecución de Kenneth Smith.

El proceso consiste en colocar una máscara de gas sobre el rostro del recluso, reemplazando el aire respirable con gas nitrógeno puro, lo que provoca la muerte por asfixia.

La gobernadora de Alabama, Kay Ivey, declaró que se hizo justicia para las tres víctimas, subrayando que los crímenes de Miller fueron actos de «maldad pura».

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