Los Ángeles, Estados Unidos.- A tan sólo algunas horas de que se lleven a cabo los premios número 62 Grammy, una polémica envuelve los escenarios.

Deborah Dugan, quien fungía como presidenta ejecutiva de la Academia nacional de Artes y Ciencias de la Grabación. Fue destituida de su cargo por las denuncia de acoso sexual que presentó.

Dugan fue destituida por «mala conducta» y su despido fue una represalia en su contra por presentar acusaciones de acoso sexual, así como actos de corrupción en las nominaciones.

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Dugan señaló que el proceso de votación está reinado por la corrupción, «el sistema debería ser transparente, pero existen conflictos de interés que manchan los resultados».

El jueves 23 de enero, acompañada de su abogado Douglas Wigdor, se presentó en el programa «Good morning America», donde expresó que la Academia actúa como «un club de niños».

La Academia por su parte, se presenta con incredulidad ante la denuncia de Dugan, pues califican como «curioso», que haya denunciado justo después de que otro empleado realizó señalamientos en su contra.

Dicho empleado, afirma que Dougan «crea un ambiente de trabajo tóxico e intolerable» además emplea una «conducta abusiva».

Además la Academia nacional de Artes y Ciencias de la Grabación declaró a una entrevista «fue colocada en baja administrativa sólo después de que ofreció su salida de la institución y pidió una compensación de 22 millones de dólares de la Academia, la cual es una organización sin fines de lucro».

A pesar de la gravedad de la situación interna de la Academia, Dugan aseguró que ella intentó «realizar cambios desde adentro» de la organización, dijo «odio encontrarme en esta situación, porque preferiría estar hablando de los artistas y su música», dijo.

En la demanda que Dougan realizó ante la Academia se lee que fue víctima de acoso sexual, discriminación de género, represalias ilegales y pago inequitativo.