Brothers Home: la oscura inspiración de El juego del calamar
06/01/2025 - Hace 1 día en InternacionalBrothers Home: la oscura inspiración de El juego del calamar
Con el lanzamiento de la segunda temporada de El juego del calamar, muchos se preguntaron si esta popular serie coreana estaba basada en hechos reales. Aunque no se inspira en un evento específico, el creador Hwang Dong-hyuk incluyó vivencias personales y referencias históricas que rodean a Corea del Sur, lo que ha sorprendido a los espectadores.
Uno de los paralelismos más impactantes entre la serie y la realidad es el caso de Brothers Home, una institución que operó en Corea del Sur en las décadas de 1970 y 1980. Originalmente, este lugar se presentó como un centro de asistencia social destinado a brindar apoyo a personas sin hogar. Sin embargo, sobrevivientes han descrito que en realidad funcionaba como un campo de concentración.
Entre 1960 y 1980, mientras Corea del Sur se preparaba para los Juegos Olímpicos de Seúl 1988, el gobierno militar impulsó una campaña para “limpiar las calles” de indigentes. Bajo este pretexto, surgieron centros como Brothers Home, donde se recluía a personas sin hogar, niños abandonados, manifestantes estudiantiles e incluso disidentes políticos. Allí, miles de personas fueron víctimas de trabajos forzados, abusos, torturas y asesinatos, un panorama que recuerda las brutales dinámicas mostradas en la serie.
Dirigido por Park In-geun, un exsargento del ejército condecorado por el gobierno, Brothers Home operaba con una estructura militarizada. Los residentes eran identificados únicamente por números y vivían en condiciones inhumanas. Además, se descubrió que el centro obtenía ingresos al facilitar adopciones internacionales de niños.
El horror quedó al descubierto en 1987 cuando las autoridades arrestaron a Park In-geun y cerraron el lugar. A pesar de los testimonios y evidencias, Park solo cumplió una condena de dos años y medio, y falleció en 2016 sin enfrentar mayores consecuencias.
Aunque Brothers Home albergó a más de 4,000 personas, la mayoría de los responsables nunca fueron llevados a la justicia. Décadas después, las víctimas siguen luchando por el reconocimiento de los crímenes y el castigo a los culpables, un recordatorio de las heridas que aún permanecen abiertas en la historia de Corea del Sur.