En un viernes 13, es inevitable no recordar a aquellos personajes del cine de terror que nos mantuvieron despiertos por las noches con miedo. Uno de los más emblemáticos es Freddy Krueger, el asesino en serie que aterroriza a los adolescentes de Elm Street. Quemado vivo por los padres de sus víctimas, Krueger regresa del más allá para vengarse a través de los sueños. Su apariencia física, con un rostro desfigurado y un guante con cuchillas, se ha convertido en todo un ícono del cine de terror, provocando pesadillas a generaciones enteras. El actor Robert Englund fue el encargado de dar vida a Freddy Krueger en la mayoría de las películas de la saga, convirtiéndose en el rostro más reconocido del personaje y en sinónimo de miedo para muchos espectadores.
El origen de Freddy Krueger
El origen de Freddy Krueger se remonta a la mente creativa de Wes Craven, el director de la icónica película «Pesadilla en Elm Street» (1984). Craven se inspiró en una serie de artículos periodísticos que relataban las historias de inmigrantes camboyanos que tenían miedo de dormir, temiendo que alguien vendría a matarlos en sus sueños como castigo por haber escapado. En particular, una de esas historias era la de un niño que viajó con su familia a Estados Unidos para huir de las terribles atrocidades vividas en Camboya durante el régimen de Pol Pot. Estos relatos sirvieron de base para crear al terrorífico personaje de Freddy Krueger, cuya capacidad de acechar a sus víctimas en sus sueños ha dejado una profunda huella en el subgénero slasher.
Uno de los momentos más recordados en la historia de Freddy Krueger es su enfrentamiento con Jason Voorhees en la película «Freddy vs Jason». En esta película, el amor de las pesadillas regresa para sembrar terror entre los jóvenes de Elm Street, pero se encuentra con la resistencia del inmortal asesino enmascarado, quien no está dispuesto a permitir que sus víctimas caigan en las garras de otro.
El legado de Freddy Krueger continúa vivo en la cultura popular, influyendo en nuevas generaciones de amantes del cine de terror y en la evolución del subgénero slasher. Su capacidad para provocar miedo y angustia a través de los sueños lo ha convertido en un personaje icónico e inolvidable en la historia del cine de terror, manteniéndose vigente incluso en un viernes 13.