Se ha informado que el despido de Isaac Perlmutter, quien vendió Marvel a Disney, podría ser el primer paso en un esfuerzo más amplio para reducir la duplicación de esfuerzos dentro del negocio.

Desde que Disney adquirió Marvel, la división de entretenimiento de Marvel ha sido responsable de todas las tareas creativas y comerciales relacionadas con la producción de personajes icónicos como Spider-Man y los X-Men.

Inicialmente, Marvel Studios, liderada por Kevin Feige, estaba incluida en este proceso, y fue responsable de las películas desde Iron Man.

A lo largo del camino, hubo problemas entre Feige e Isaac «Ike» Perlmutter, quien vendió Marvel, pero permaneció al frente de Marvel Entertainment.

Esto llevó a que las películas pasaran a ser controladas directamente por Walt Disney Pictures, mientras que los cómics, series y otros productos quedaron bajo la supervisión de Perlmutter.

Más tarde, Feige logró recuperar el control de las series, dejando atrás etapas como las producciones presentadas por Netflix, lo que ha llevado al escenario actual que se centra en la plataforma de streaming Disney+.

Ahora que se ha confirmado el despido de Perlmutter, se ha informado que Marvel Entertainment podría ser absorbida por divisiones más grandes dentro de Disney Entertainment, uno de los tres segmentos principales de The Walt Disney Company.

Esto podría resultar en una difuminación de los cómics, juguetes, videojuegos e incluso acciones en los parques temáticos dentro del conglomerado.

En este entorno, lo único claro hasta ahora es que Dan Buckley, quien ha estado en Marvel desde 1990, reportará directamente a Feige en su papel de presidente de Marvel Entertainment.

Aunque Disney no ha proporcionado detalles, es probable que se produzcan cambios significativos en Marvel a medio plazo como resultado de la necesidad de reducir tareas. Actualmente, se desconoce qué sucederá con Marvel Comics, que cuenta con John Nee como Publicista y a C.B. Cebulski como editor en jefe.

Todo esto ocurre en un momento en el que Disney está llevando a cabo un plan de recorte de $5.500 millones de dólares, lo que ha resultado en una importante ola de despidos que ha eliminado alrededor de 7.000 puestos de trabajo, lo que representa el 4% de su fuerza laboral total.

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