Una de las maldiciones más prevalentes es el mal de ojo, un hechizo transmitido a través de la mirada que puede ser tanto voluntario como involuntario, siendo la envidia su principal desencadenante, llegando incluso al odio en casos extremos.

Los efectos atribuidos a esta maldición incluyen la dificultad para alcanzar objetivos, sentimientos de tristeza, mala suerte y propensión a sufrir pequeños accidentes domésticos como tropezones, golpes o roturas de objetos.

Aquellos que inadvertidamente lanzan el mal de ojo pueden ser compañeros de trabajo, vecinos, amigos o incluso familiares, y en algunos casos, la persona que emite la maldición puede no ser consciente de ello, ocultándose detrás de una «envidia de la buena».

Mal de ojo inocente

La especialista lo usa para describir a la persona que tiene muchas envidias y no logra percibir que en su entorno están presentes las malas vibras. Es uno de los más perjudiciales por la vulnerabilidad de la víctima.

Mal de ojo consumidor

Este tipo de mal de ojo se manifiesta de forma física en el cuerpo a través de la pérdida de peso inhabitual y sin justificación.

El mal de ojo mental

Este tipo de mal de ojo provoca que la persona no se pueda concentrar ni enfocarse en sus proyectos. Se distrae fácilmente y es incapaz de avanzar en sus proyectos.

Mal de ojo de magia negra

Es uno de los más peligrosos pues es el que se hace de manera voluntaria. Consiste en un hechizo de magia negra con el objetivo claro de perjudicar específicamente la vida de la persona.

¿Qué hacer si tengo mal de ojo?

Uno de los rituales más sencillos es colocar agua en un vaso de cristal y disolver 5 cucharadas de sal. Colócalo en tu mesa de noche o debajo de la cama durante 5 días seguidos. Para terminar el ritual, echa el agua en el inodoro y lava el vaso muy bien.

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