En el mundo existen celebraciones algo inusuales que tal vez pensaríamos que son en broma, pues cada vez, conforme pasa el tiempo, se van proclamando días internacionales y mundiales que van llenando nuestro calendario.

Desde el Día Mundial del Sueño hasta el Día del Soltero con el fin de sensibilizar, concienciar, llamar la atención sobre un problema o una situación, para hacer actividades o simplemente divertirse; tal es el caso del Día Mundial del Chicle que se celebra cada 13 de enero.

La goma de mascar, conocida coloquialmente como chicle, tiene su origen el 28 de diciembre de 1869 cuando William Semple la patentó; sin embargo, se dice que es más antigua al tenerse registros de haberse consumido en la Antigua Grecia en forma de resina de entina.

Pero, ¿de qué está hecho el chicle?, es una pequeña goma de mascar pegajosa y de distintos sabores. Actualmente es fabricada a base de plástico neutro pero anteriormente se basaba en la savia de un árbol tropical llamado chiclero, de ahí su nombre.

Hoy existen muchas marcas y estilos a nivel mundial, desde los dulces, sin azúcar, enchilados, y los que te ayudan a blanquear tus dientes.

El chicle fue adquiriendo diversos mitos de beneficio y perjuicio para la salud de los seres humanos. Ante estas incógnitas, la odontóloga Sandra Andrade Báez habló respecto al tema y cómo es que el uso diario de la goma de mascar beneficia a nuestros dientes.

La saliva en la boca es importante al ayudar a tener un PH balanceado y al contener calcio y hierro mineraliza los dientes.

Es por eso que “la recomendación por la Asociación Dental Americana es mascar chicle únicamente por 20 minutos y no excederse de ese tiempo”, comentó la odontóloga, quien afirmó que este “dulce” beneficia principalmente a las personas con problemas de xerostomía, el cual es el síndrome de la boca seca y la saliolitasis al hacer que se cree más saliva en la boca.

Masticar chicle reduce la sensibilidad después de un blanqueamiento dental y beneficia a pacientes con enfermedades autoinmunes como el lupus eritematoso sistémico, enfermedades sistémicas como la diabetes, personas con depresión, bulimia y anorexia.

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