En Mérida Yucatán Iker un niño de apenas ocho años, malabarista, murió atropellado mientras pedía limosna.
Hasta el día de hoy nadie ha reclamado su cuerpo.
Una tragedia ha conmocionado a la ciudad de Mérida, Yucatán, revelando una realidad que ocurre a diario pero que a menudo es ignorada: la explotación infantil.
Iker, un niño de tan solo ocho años, pasaba sus días realizando malabares y pidiendo limosna.
Hasta que su vida llegó a un trágico final cuando fue atropellado por una camioneta.
Este incidente ha llevado a decenas de personas a salir a las calles exigiendo justicia por el pequeño, ya que ni su familia ni su cuerpo han sido reclamados.
Junto con otros niños en situación similar, Iker trabajaba diariamente hasta que una noche una camioneta blanca de alta velocidad lo atropelló y le quitó la vida.
Iker el niño malabarista que murió atropellado
Su pequeño cuerpo quedó tendido en el asfalto hasta que alguien alertó a las autoridades.
Los primeros en responder fueron los policías, quienes acordonaron el área y lo cubrieron.
El personal de la Fiscalía General del Estado (FGE) de Yucatán inició las investigaciones correspondientes.
El cuerpo de Iker fue llevado a las instalaciones del Servicio Médico Forense (Semefo).
Donde aún permanece a pesar de que su muerte ocurrió el pasado martes 13 de junio.
Hasta el momento, nadie ha reclamado su cuerpo y no se han encontrado rastros de sus padres.
Se sabe que tanto él como su madre son oriundos de Palenque, Chiapas, ya que la policía de ese estado proporcionó el acta de nacimiento del niño.
Los medios de comunicación locales comenzaron a informar sobre la tragedia del niño que pedía limosna.
Se reportó que una camioneta blanca de lujo, perteneciente a una empresa no identificada, fue la responsable del atropello.
Las cámaras del C5 ubicaron el vehículo cerca de un hospital y se informó que había sido abandonado.
El jueves 15 de junio, la mujer que conducía la camioneta se entregó a las autoridades.
Y relató que después de atropellar al niño, inicialmente huyó del lugar pero regresó y descubrió que el menor había fallecido.
Lo que le provocó una crisis nerviosa y la llevó a internarse en un hospital.
Aunque está siendo investigada, no fue detenida.
El mismo día en que la responsable de la muerte del niño se presentó ante las autoridades, se pudo identificar a Iker, quien hasta ese momento estaba registrado como desconocido.
Aún nadie reclama su cuerpo
Las autoridades de Yucatán, a través del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF-Yucatán) y la Procuraduría de Defensa del Menor en Yucatán (Prodennay), se pusieron en contacto con sus homólogos en el estado de Chiapas.
Para iniciar los protocolos necesarios y agilizar los procedimientos legales en busca de esclarecer los hechos y determinar las responsabilidades correspondientes.
La muerte de Iker ha sacudido a los habitantes de Mérida, quienes se han manifestado durante dos días consecutivos en el lugar del trágico accidente, dejando flores y pancartas exigiendo justicia.
Han señalado que las autoridades afirman que en Mérida no ocurren crímenes de alto impacto, pero consideran que este caso lo es.
Además, han destacado que durante años han observado un patrón en el cual un taxi con una mujer adulta lleva a los niños a trabajar por las mañanas y los recoge por la noche.
Lo que sugiere la existencia de una red de trata de personas que las autoridades han pasado por alto.
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