Una historia que ha conmocionado a la opinión pública es la de Kaylee Muthart, una mujer de Anderson, Carolina del Sur, que vivió un terrible episodio al arrancarse los ojos con sus manos durante una severa alucinación provocada por el consumo de metanfetaminas.
Según informó el DailyMail, Kaylee, que en su juventud era una estudiante ejemplar y miembro de la Sociedad Nacional de Honor, abandonó la escuela a los 17 años para ahorrar dinero para la universidad.
Sin embargo, en ese proceso comenzó a rodearse de malas influencias y a experimentar con drogas más fuertes.
El 6 de febrero de 2018, días antes de ingresar a rehabilitación, Kaylee consumió una dosis elevada de metanfetaminas que la sumió en un estado de alucinación extremo.
Convencida de que debía sacrificarse para «salvar al mundo», caminó hacia una iglesia cercana y cometió el acto de autolesión, arrancándose los ojos con sus propias manos.
Testigos acudieron en su ayuda y fue trasladada al hospital, pero los daños en sus ojos eran irreparables. «Metí el pulgar, el índice y el dedo medio en cada ojo. Agarré cada globo ocular, lo retorcí y tiré hasta que cada ojo salió de la órbita. Fue una lucha enorme, lo más difícil que he tenido que hacer en mi vida», declaró Kaylee sobre ese momento.
A pesar de la tragedia, Kaylee ha logrado recuperarse y actualmente dedica su tiempo libre a concienciar sobre los efectos nocivos de las drogas.
Dos días antes de ingresar a rehabilitación, Kaylee Muthart consumió una dosis alta de metanfetaminas, lo que provocó un episodio psicótico en el que se arrancó los ojos creyendo que salvaría al mundo. Bajo el efecto de las drogas, no sintió dolor. Fue operada de emergencia, pero… pic.twitter.com/dzMyRdQdmY
— Meredith Gay 🛋️✨ (@MerGarza) December 13, 2024
Metanfetamina
La metanfetamina es una droga estimulante altamente adictiva con efectos devastadores en el cuerpo y la mente, incluyendo episodios alucinógenos.
Su consumo altera drásticamente los niveles de dopamina en el cerebro, generando inicialmente euforia pero posteriormente llevando a paranoia, ansiedad, confusión e incluso psicosis, caracterizada por alucinaciones visuales y auditivas.
Estos síntomas son especialmente prevalentes en casos de abuso de altas dosis de la droga.
El impacto en la salud mental y física puede ser irreversible en muchos casos.
El uso crónico puede generar psicosis persistente, pérdida de memoria, insomnio severo y trastornos del estado de ánimo, complicaciones que deterioran la calidad de vida de los consumidores y quienes los rodean.