Amigos que no aportan
Todos hemos tenido, en alguna ocasión, «amigos» que nos sacaba de quicio constantemente. Por alguna razón, algo en su personalidad le empujaba a tener actitudes y conductas totalmente inapropiadas y que nos hacían sentir mal.
Si en algún momento notas que la balanza entre dar y recibir se inclina notablemente siendo tú quien aportas y tu amigo quien raramente tiende su mano, deberías replantearte la situación. Si después de poner sobre la mesa la falta de equilibrio en la relación con tu amigo éste no se muestra dispuesto a cambiar, puedes empezar a pensar en abandonar el barco.
Las bromas amistosas entre colegas no son infrecuentes, y la mayoría se las suele tomar bien. Pero cuando las críticas y el hacerte sentir mal forman parte del día a día en sus conversaciones, la relación habrá dejado de ser positiva para ti.
Un par o tres amistades verdaderas pueden ser el fundamento para una vida sana. El círculo de amistades de este tipo suele ser bien reducida, unos pocos elegidos que han demostrado a lo largo de los años que puedes confiar en ellos ciegamente. Solemos tener un buen número de relaciones superficiales en las cuales compartimos pensamientos, vivencias y opiniones más triviales, pero aquellos pocos a quienes confiamos nuestros secretos deben ser realmente fieles, además de saber confiarte a ti sus secretos también.
Cuando sufres una ruptura emocional o un mal momento, es posible que notes que tu mejor amigo o amigos no es capaz de estar a tu lado para acompañarte durante este trance. Quizá prefieren que sigas bebiendo, te animen a terminar relaciones sentimentales sin intentar mejorar la situación. ¡Huye de ahí!