El aloe vera, originaria del África tropical donde se ha utilizado como antídoto del veneno en heridas de lanzas emponzoñadas, llegó a Europa en la antigüedad y era bien conocida por griegos y romanos para curar heridas.
Su savia es refrescante y cicatrizante y hace siglos que se usa para tratar quemaduras, inflamaciones y llagas, y la hoja entera es purgante. Su utilización por vía interna está prohibida en algunos países.
Cómo utilizar el aloe en gel
Abrir la hoja por la mitad y utilizar el gel directamente o rasparlo con un cuchillo de punta roma. Aplicar directamente a quemaduras (incluidas las solares), piel seca, heridas, infecciones por hongos, rozaduras de los pañales, herpes, tiña, picaduras de insecto, erupciones alérgicas, eccemas o cualquier picor cutáneo.
Como remedio estomacal
Utilizar la pulpa de toda la hoja. Tomar cinco mililitros, tres veces al día para el estreñimiento o de 0.5 a tres mililitros tres veces al día, para abrir el apetito o estimular la secreción de bilis en las digestiones pesadas.
Como loción capilar
Combinar 10 mililitros de gel con 120 mililitros de infusión de manzanilla estándar y utilizar como acondicionador.
Para utilizarla, recoge el gel y las hojas cuando las necesites durante cualquier época del año.