Salud

El ABC del cáncer de mama: todos lo que necesitas saber

05/10/2019 - Hace 5 años en Internacional

El ABC del cáncer de mama: todos lo que necesitas saber

Salud | 05/10/2019 - Hace 5 años
El ABC del cáncer de mama: todos lo que necesitas saber

Nuestro organismo está constituido por células, que se dividen de forma regular con el fin de reemplazar a las ya envejecidas o muertas; y mantener así la integridad y el correcto funcionamiento de los distintos órganos. Este proceso está regulado por una serie de mecanismos que indican a la célula cuándo comenzar a dividirse y cuándo permanecer estable.

Cuando estos mecanismos se alteran, ésta y sus descendientes inician una división incontrolada que, con el tiempo, dará lugar a un tumor o nódulo. Si estas células, además de crecer sin control, adquieren la facultad de invadir tejidos y órganos de alrededor (infiltración) y de trasladarse y proliferar en otras partes del organismo (metástasis) hablamos entonces de cáncer.

El cáncer de mama en particular afectará a una de cada ocho mujeres a lo largo de su vida y se diagnostican alrededor de 32.825 nuevos cánceres al año. Por ello es necesario que tomemos conciencia de la importancia de la prevención, de la investigación y de la detección precoz. Ésta puede suponer coger a tiempo la enfermedad y salvar la vida de la persona que la padezca. Hay cientos de campañas que intentan no solo concienciar a la gente, sino aceptar el cáncer de mama y las repercusiones que éste tiene en la mujer y su entorno.

¿Cómo se desarrolla el cáncer de mama?

El cáncer de mama es el tumor maligno que se origina en el tejido de la glándula mamaria. Cuando las células cancerosas o tumorales proceden del tejido glandular de la mama y tienen capacidad de invadir los tejidos sanos de alrededor y de alcanzar órganos alejados e implantarse en ellos, hablamos de cáncer de mama.

  • Crecimiento local: el cáncer de mama crece por invasión directa, infiltrando estructuras diferentes de la mama de donde se ha originado inicialmente. Las celúlas cancerosas llegan así a estructuras vecinas como la pared torácica (músculos y huesos) y la piel.
  • Diseminación linfática: la red de vasos linfáticos que posee la mama permite que el drenaje de la linfa se efectúe a varios grupos ganglionares. Los ganglios situados en la axila (axilares) son los más frecuentemente afectados, seguidos de los situados en la arteria mamaria interna (zona central del tórax) y los ganglios supraclaviculares (encima de la clavícula).
  • Diseminación hematógena: se realiza a través de los vasos sanguíneos, preferentemente hacia huesos, pulmón, hígado y piel.

​El cáncer de mama es el segundo tumor maligno más frecuente en mujeres, por detrás de los carcinomas de piel. Pero el cáncer de mama o seno no es una enfermedad exclusiva de mujeres. Aunque en un porcentaje muy pequeño (representa menos de un uno por ciento de todos los cánceres de mama) , los hombres también pueden padecer esta enfermedad.

Factores de riesgo

El ser mujer es el factor de riesgo más importante. Las mujeres tienen una glándula mamaria más desarrollada que los hombres, pero lo importante es que las células de esta glándula están sometidas al estímulo constante de los factores de crecimiento hormonales, los estrógenos y la progesterona.

El riesgo de padecer este tipo de cáncer aumenta con la edad. Alrededor del 18 por ciento de los cánceres de mama se diagnostican en la década de los 40 y el 77 por ciento por encima de los 50 años. Por encima de los 75 años el riesgo disminuye. La raza también parece influir en el desarrollo del cáncer: las mujeres blancas son las que tienen un riesgo más elevado de padecer cáncer de mama, mientras que las asiáticas y las africanas son las que tienen menor riesgo. Las razones verdaderas son desconocidas todavía, y aunque puede tener que ver con los genes hasta ahora se considera que la relación con el estilo de vida es la razón más importante.

¿Cómo prevenir el cáncer de mama?

La mejor forma de adelantarse al cáncer de mama es a través de la autoexploración mamaria. A partir de los 20 años, conviene revisarse las mamas una vez al mes, preferiblemente en el quinto día de menstruación. También es de vital importancia realizarse una mamografía cada dos años a partir de los 40, y cada año al llegar a los 50.

​Para la población sin factores de riesgo añadidos, la posibilidad de padecer cáncer de mama también puede reducirse cambiando algunos hábitos como mantener el peso adecuado, practicar ejercicio físico regularmente, seguir una dieta saludable rica en alimentos nada o poco procesados (verduras, frutas, legumbres, frutos secos, pescado, carne…) y evitar el alcohol, el tabaco y otras drogas. ¡Se trata de llevar una vida más saludable!

Igualmente, se ha demostrado que las mujeres que han dado lactancia materna entre seis y 24 meses pueden reducir el riesgo de padecer cáncer de mama entre un 11 y un 25 por ciento. Por otra parte, es importante que las mujeres que presenten antecedentes familiares de cáncer de mama acudan al médico con más frecuencia y se hagan revisiones periódicas.

El diagnóstico precoz es esencial

¿Por qué es necesario el diagnóstico precoz? Las posibilidades de curación de los cánceres de mama que se detectan en su etapa inicial (in situ) son prácticamente del cien por ciento. Se ha podido demostrar que, gracias a la realización de campañas de diagnóstico precoz de cáncer de mama, la mortalidad por esta enfermedad ha disminuido de una forma significativa, al menos cuando se realiza en la edad de mayor incidencia (por encima de los 50 años).

¿Cuáles son las pruebas de diagnóstico? La técnica utilizada y mundialmente aceptada es la mamografía , que consiste en una radiografía de las mamas capaz de detectar lesiones en estadios muy incipientes de la enfermedad. La mamografía permite detectar lesiones en la mama hasta dos años antes de que sean palpables y cuando aún no han invadido en profundidad ni se han diseminado a los ganglios ni a otros órganos. Cuando el tumor se detecta en estas etapas precoces es posible aplicar tratamientos menos agresivos, que dejan menos secuelas físicas y psicológicas en la mujer. La dosis de radiación empleada en la mamografía es mínima, por lo que resulta inofensiva.

Otro método complementario a la mamografía es la autoexploración de las mamas, realizada periódicamente por el médico o por la propia mujer. Sin embargo, este método no permite diagnosticar tumores pequeños que pueden producirse.

Tratamiento del cáncer de mama

El tratamiento del cáncer de mama o de seno, como ocurre en la mayoría de los tumores, es multidisciplinar. Distintas especialidades trabajan juntas para combinar terapias y ofrecer al paciente las mayores posibilidades de curación. Los tratamientos más frecuentemente empleados en el cáncer de mama son la cirugía, la radioterapia, la quimioterapia y la hormonoterapia. El tratamiento puede ser:

  • Tratamiento Local: se refiere al tratamiento dirigido al tumor en su lugar de origen o en alguna localización determinada. La cirugía y la radioterapia son ejemplos de ello.
  • Tratamiento Sistémico: se refiere al tratamiento que afecta a todo el organismo. La quimioterapia y la hormonoterapia son tratamientos sistémicos.
  • Tratamiento Adyuvante: se llama así al tratamiento sistémico administrado tras un tratamiento local sin que exista evidencia de enfermedad. El objetivo de este tratamiento es destruir células tumorales que estén dispersas por el organismo.
  • Tratamiento Neoadyuvante: consiste en administrar un tratamiento sistémico antes de un tratamiento local, con el objetivo de reducir el tamaño del tumor antes de la cirugía.

Además, conviene que la paciente reciba ayuda psicológica por parte de un profesional especializado, y que cuente con todo el apoyo posible de su familia y conocidos. Mantener una actitud positiva es esencial, por lo que es muy recomendable que este tipo de apoyo forme parte de la terapia.

Tratamiento quirúrgico del cáncer de mama

En fases más avanzadas, el tipo de cirugía dependerá del tamaño, la localización y la extensión del tumor.

  • Cuando se extirpa sólo el tumor se llama tumorectomía.
  • Cuando lo que se extirpa es el cuadrante donde se localiza el tumor, hablamos de cuadrantectomía.
  • Cuando se extirpa la mama entera, se denomina mastectomía.

¿Qué efectos secundarios produce el tratamiento del cáncer de mama?

La cirugía de la mama o el seno, como ocurre en la mayoría de las intervenciones quirúrgicas, no está exenta de complicaciones y de efectos adversos, los cuales pueden presentarse con mayor o menor frecuencia tras la intervención:

  • Doloren el despertar de la anestesia, es normal que se sienta dolor en la zona de la intervención. Generalmente, el cirujano deja pautados fármacos que te aliviarán. Si el dolor no cede, es importante que lo comentes con el personal de enfermería o con el médico. El dolor, en este caso, no indica problemas de recuperación sino simplemente que hay una herida.
  • Cicatrización: evidentemente, tras la cirugía aparece una cicatriz que será diferente en función del tipo de intervención realizada. Esta cicatriz requerirá los mismos cuidados que cualquier otra. Mientras no se hayan retirado los puntos, el cuidado y la limpieza de la cicatriz correrán a cargo del personal sanitario del hospital o del centro de salud. Una vez retirados los mismos, es importante mantener una higiene similar a la del resto del cuerpo: lavado con agua y jabón. Sigue siempre las indicaciones de tu médico.
  • Alteraciones sensitivas locales: uno de los síntomas más frecuentes tras la intervención es la disminución de sensibilidad o acorchamiento de la zona de la intervención. Esta pérdida de sensibilidad mejorará con el tiempo y suele desaparecer, aproximadamente, un año después de la cirugía.
  • Seroma: aunque no es frecuente, en algunos casos puede aparecer una acumulación de líquidos en la zona de la cicatriz. Esta acumulación se denomina seroma, es relativamente blanda a la palpación y ligeramente molesta. Es necesario drenarla cada cierto tiempo para retirar el líquido acumulado y mejorar los síntomas. Suele desaparecer unos meses después de la cirugía sin dejar secuelas. Consulta a tu médico si la molestia aumenta.
  • Linfedema: el problema más importante y a tener en cuenta, a pesar de que no aparece en todos los casos, es el derivado de la extirpación de los ganglios linfáticos de la axila. De forma resumida, sería la hinchazón del brazo de la zona que ha sufrido la intervención quirúrgica en la mama y axila. La incidencia es del 10 y 30 por ciento de los casos.
  • Limitación de la movilidad del hombro: otros problemas potenciales son la limitación en el movimiento del brazo y hombro de la zona afectada.
  • Alteraciones en la piel: los pacientes oncológicos sufren distintos problemas dermatológicos, especialmente cuando se someten a los tratamientos. Pueden sufrir dolor, escozor, heridas, erupciones y caída del cabello.

El cáncer de mama es el cáncer más frecuente entre la población femenina, pero por suerte, también es uno de los que más rápido se detectan, y cuando se hace a tiempo, las esperanzas de curación de las mujeres afectadas superan el 95 por ciento. Además, los tratamientos mejoran cada día.

Si tú o alguna mujer de tu entorno ha sido diagnosticada de cáncer de mama te recomendamos soliticitar toda la información que necesites a tu médico para así resolver cualquier tipo de duda que te surja sobre este cáncer y su tratamiento.

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