Los cigarros electrónicos “no ayudan a fumadores a dejar el hábito” y suponen nuevos riesgos para la salud, acusa la organización. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha hecho un llamado a los gobiernos de todo el mundo para que traten los cigarrillos electrónicos de forma similar al tabaco y prohíban todos los saborizantes utilizados en los vapeadores. Esta medida supondría una amenaza para las compañías tabacaleras, que han encontrado en los productos electrónicos una alternativa comercial.

A pesar de que algunos investigadores, activistas y gobiernos consideran a los cigarrillos electrónicos como una herramienta clave para reducir las muertes y enfermedades relacionadas con el tabaquismo, la OMS afirma que se necesitan “medidas urgentes” para controlar su uso. Según la agencia de la ONU, no hay pruebas suficientes de que los vapeadores ayuden a los fumadores a dejar el hábito, y además, son perjudiciales para la salud y pueden fomentar la adicción a la nicotina entre los no fumadores, especialmente los niños y los jóvenes.

Un dato alarmante es que más niños de entre 13 y 15 años que adultos utilizan vapeadores en todas las regiones de la OMS, la agresividad del marketing de las compañías lo provoca. Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, ha expresado su preocupación al respecto, mencionando que “las compañías captan y atrapan a los niños a una edad temprana para usar cigarrillos electrónicos y pueden engancharse a la nicotina”. Por esta razón, la organización insta a los países a implementar medidas estrictas.

Las medidas propuestas por la OMS

La OMS ha pedido cambios significativos, como la prohibición de todos los aromatizantes, incluido el mentol, y la aplicación de medidas de control del tabaco a los vapeadores. Entre estas medidas se encuentran la implementación de impuestos más altos y la prohibición de su uso en lugares públicos. Sin embargo, es importante destacar que la OMS no tiene autoridad sobre las normativas nacionales, ya que ofrece únicamente orientación. A pesar de ello, sus recomendaciones suelen ser consideradas voluntariamente.

Organizaciones antitabaco, junto con la OMS, están presionando para que se apliquen normas más estrictas a los nuevos productos con nicotina. Esto afectaría directamente a las estrategias futuras de empresas tabacaleras como Philip Morris International y British American Tobacco, que han apostado por las alternativas electrónicas.

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