En la menta podemos encontrar vitamina C y vitaminas del grupo B (B1, B2 y B3), así como calcio, fósforo, hierro, magnesio y una cantidad moderada de fibra. Gracias a su composición, no solo puedes utilizarla en procesos gripales para reforzar tu sistema inmune. También puedes aplicarla de una forma tan variada que te va a sorprender. ¡Toma nota de todos sus beneficios!
Es antiséptica
Aunque debemos tener en cuenta que depende del tipo de erupciones o infecciones que padezcamos, es posible que en muchas de ellas podamos utilizar la menta para calmarnos. Además, es buena para el acné y picaduras puesto que ayuda a la cicatrización.
Es buena para el sistema digestivo
Por una parte, la menta activa la producción de enzimas en el estómago y aumenta el apetito y, por otra, en infusión nos ayuda a calmar las digestiones lentas y pesadas. Si nos centramos en el aparato digestivo, has de saber que te ayudará a prevenir, aliviar y reducir la hinchazón producida por los gases. Además, reducirá el riesgo de vómito, cólico o irritación intestinal que puede venir causada por alguna enfermedad del aparato.
Para afecciones respiratorias
Seguro que más de una vez has oído hablar de los vahos o de las aspiraciones controladas. Bien, has de saber que las de menta son un eficaz antitusivo natural que puede ayudar con diversos problemas respiratorios, como asma, bronquitis, etcétera. Además, será de gran ayuda para las congestiones de nariz e irritaciones de garganta, pues es descongestionante y expectorante para las vías respiratorias y el ácido ascórbico con el que cuenta facilita la expulsión de la mucosidad.