Los dolores de cabeza pueden aparecer por muchos motivos, estrés, un mal descanso o alimentación, preocupaciones… Cuando esto ocurre, nuestra primera idea es tomar medicinas que nos ayuden a aliviarlo, pero lo cierto es que existen remedios naturales eficaces que nos pueden eliminar ese dolor sin necesidad de ingerir nada. En último caso está bien acudir a los medicamentos, pero antes de recurrir a la química podemos probar a hacer deporte o a elaborar posturas de yoga.
Estiramiento de cuello y espalda
Lo primero que debes hacer es sentarte con las piernas cruzadas en la esterilla y estirar la espalda. Para empezar, dobla tu brazo derecho por detrás de la misma y, después, dobla la cabeza hacia el hombro izquierdo. Para ello, ayúdate de la mano izquierda pero siempre sin forzar. Al realizar este movimiento notarás como el brazo derecho y la cabeza se estiran en direcciones opuestas. Realiza el mismo ejercicio del lado contrario.
A continuación, sin doblar la espalda, baja la cabeza hasta que tu barbilla toque el pecho. Hazlo con cuidado, sin prisa y controlando las respiraciones para que sean acompasadas. Por último, ponte de pie y estira los brazos hacia arriba, como si quisieras tocar el techo. Entrelaza las manos y estira aún más si puedes (cuidado con los pies, no te pongas de puntillas).
Balasana
Ponte de rodillas en el suelo con los glúteos apoyados en tus talones. Inclina tu cuerpo hacia delante (sin levantar los glúteos de los talones) y estira los brazos. Hay quienes prefieren estirarlos hacia delante, con la cabeza entre los brazos, y hay a quienes les resultará más cómodo apoyar la frente hacia delante y los brazos hacia los lados del cuerpo. Aguanta durante varios minutos y vuelve a la posición inicial para descansar y repetir de nuevo el ejercicio.
Supta Badha Konasana
Para compararlo con algo conocido podemos fijarnos en el momento de irnos a la cama cuando estamos resfriadas y no podemos respirar por la nariz. ¿Tienes a ponerte almohadas en la espalda para inclinarte? Esta es precisamente la postura que buscamos aquí. Así, tendrás que colocar encima de tu esterilla una manta doblada y después varias almohadas.
Túmbate de espaldas, de forma recostada, y estira los brazos a los lados. Por su parte, las piernas deben estar abiertas y semiflexionadas. Si es necesario, para no forzar la postura, colócate algunas mantas debajo de las rodillas, pues no buscamos ganar en flexibilidad sino estar cómodas.