¿Qué queremos? ¡Sexo! ¿Cuándo lo queremos? ¡Ahora! ¿Cómo lo queremos? ¡En todas sus variedades!
Bluetoothing
El sexting o mensajes de texto subidos de tono es algo en lo que ya eres experta. Pero tal vez te gustaría jugar a encender el Bluetooth de tu smartphone en algún lugar público, como una sala de espera o un centro comercial, y comenzar un intercambio con alguien a quien no conoces ni de vista, pero que está súper cerca.
Booty call
Así se llama a la persona con quien se puede tener sexo casual. Aquí no hay «friend zone» de por medio, expectativas ni ningún tipo de cercanía emocional; es diferente del precop (amigo con derechos) y los frees.
Es simplemente un desfogue con alguien a quien, cual antojo de pizza, se puede llamar en cualquier momento. ¿El único requisito? Que sea muy bueno en la cama.
Dogging
Se refiere a los encuentros sexuales con perfectos desconocidos en lugares remotos o públicos. Los doggers se buscan en Internet y acuerdan citas en bosques, parques, azoteas o en calles solitarias, adentro de un coche.
Sin ningún previo, se lanzan a la intimidad. En algunas cibercomunidades se postean los encuentros para que acudan voyeristas; la luz interior del automóvil encendida es la señal de que pueden acercarse a mirar.
King out
Toca, besa, acaricia, manosea y más… pero sin penetrar. Es diferente al petting porque va más allá de solo caricias. Forma parte de un singular código de fidelidad de algunas parejas y, en otros casos, sirve para reavivar la pasión porque, según los sexólogos, quedarse en suspenso es superexcitante.
Esto tiene muchísimas variaciones para darse placer: El foot job (masaje con los pies en los genitales), el splosh (acariciar el cuerpo untado con barro o aceite), el blow job (sexo oral) y el tickling (cosquillitas eróticas en lugares muy sensibles) son algunos ejemplos.