De las posturas en el sexo más conocida y usada, es la del perrito y la investigadora Ruthie Neustifter, la recomienda por la profundidad de la penetración que genera, aunque puedes optar por algunas variaciones para elevar el fuego.
Primeramente, hay que definirla, aunque no creemos que la estés haciendo mal. Uno de los integrantes de la pareja se debe colocar en cuatro patas y, el otro, se ubica por detrás de este con sus genitales a la altura de las caderas.
Por su intensidad, la penetración podría ser algo dolorosa, por lo que recuerda estar en constante comunicación con tu pareja.
Ahora veamos las variaciones que pueden hacer del perrito aun más placentero y no costará mucho esfuerzo a ninguno de los dos.
Para quien este a cuatro patas, puede separar las piernas para darle más espacio a quien este detrás. También puede optar por bajar el pecho y así descansar la espalda.
Quien este detrás tiene más trabajo que solo la cadera, puede estar hincado por comodidad, pero también puede arrodillarse para lograr aun más profundidad.
No olvides las manos que pueden tocar a tu pareja en los glúteos, estimular otras zonas erógenas o hasta tomarle del cabello y jalarlo un poco hacia atrás.