Un comienzo relajante
Gradúa el nivel del agua, que no sea tan frío ni tampoco tan caliente. La temperatura debe ser ideal para comenzar a frotar el cuerpo de tu pareja con un gel de baño relajante, utiliza una esponja suave y pasala por sus piernas, su espalda, sus glúteos y sus genitales. Además, aromatiza el baño con alguna fragancia suave, las velas aromáticas o una esencia de brisa de mar pueden ser perfectas para ambientar la ocasión.
El uso de los juguetes
Inclínate por un «sextoy» a prueba de agua. Aprovecha el momento en el que él te masajea tu pelo con champú para jugar con algún dildo o vibrador. A él seguro le encantará ver cómo lo haces.
No olvides la lubricación
A pesar de estar en contacto con el agua, esto no indica que la fricción o la humedad de tu vagina aumente. Por eso es importantísimo utilizar un lubricante a base de agua para mantener esa sensación resbaladiza y húmeda durante el coito.
Atención a tus senos
Si están juntos en una tina deja que él juegue con tus pechos. Indícale que roce tus pezones suavemente acariciándolos con sus dedos o labios. El calor del agua y de su cuerpo te ofrecerá una sensación muy excitante.
Secado suave
Cuando la acción acabe, no dejes que el erotismo se apague. Incítalo a que seque tu cuerpo suavemente y haz tu lo mismo con el suyo. Enseguida, utiliza una crema humectante y aplicala delicadamente sobre su espalda, su pecho, y sus piernas. Un masaje con tus manos calientes lo dejará listo para una segunda ronda.