El curioso fenómeno de percibir los años más cortos a medida que envejecemos
20/12/2024 - Hace 2 horas en InternacionalEl curioso fenómeno de percibir los años más cortos a medida que envejecemos
El paso del tiempo parece acelerarse a medida que envejecemos, una sensación común influenciada por factores biológicos, psicológicos y de nuestra rutina diaria. Aunque parezca subjetivo, esta percepción tiene bases científicas que explican cómo el cerebro procesa nuestras experiencias a lo largo de la vida.
Uno de los factores principales es el papel de la dopamina, un neurotransmisor crucial en la regulación del «reloj interno». Durante la juventud, los niveles de dopamina son elevados, lo que permite al cerebro captar eventos con mayor intensidad y atención. Esto hace que las experiencias sean memorables y los días se sientan más largos. Sin embargo, con la edad, la producción de dopamina disminuye, afectando nuestra capacidad para registrar momentos nuevos o emocionalmente significativos. La vida, entonces, parece transcurrir con mayor rapidez.
En la niñez y adolescencia, el mundo está lleno de experiencias inéditas: el primer día de escuela, unas vacaciones únicas o el descubrimiento de un pasatiempo. Estas vivencias, llenas de novedad y emoción, requieren más atención consciente, lo que genera recuerdos más densos y detallados. En contraste, la adultez suele estar marcada por rutinas predecibles como el trabajo, las tareas del hogar o el tráfico, lo que reduce los recuerdos significativos y contribuye a la sensación de que el tiempo «vuela».
El psicólogo Paul Janet propuso que la percepción del tiempo está relacionada con la proporción que un período representa en relación con nuestra vida total. Para un niño, un año equivale a una fracción significativa de su existencia, mientras que para un adulto mayor, representa una proporción mucho menor, lo que hace que parezca más corto.
El filósofo William James también exploró esta idea, argumentando que a medida que envejecemos, los intervalos de tiempo parecen más pequeños en comparación con nuestra experiencia acumulada. Este fenómeno, combinado con el impacto de la rutina y la disminución de eventos emocionantes, explica por qué sentimos que los años pasan más rápido.
Conocer estas razones nos invita a reflexionar sobre la importancia de crear experiencias significativas y romper con la monotonía para ralentizar nuestra percepción del tiempo.