¿Qué provocó la cancelación de E3 2023?
La tarde del pasado jueves se reveló una de las noticias más impactantes pero menos sorpresivas de la industria de los videojuegos. E3, la legendaria convención que se celebraba cada verano, desistió en su intento de realizar su edición para el 2023.
Cuando hablamos de esta convención, hablamos de una de las piezas angulares de lo que conocemos actualmente como la industria. Hasta hace menos de una década, se trataba del evento para ver y ser visto, las más grandes empresas siempre esperaban a la llegada de E3 para revelar sus nuevos proyectos, sorprender con nuevas IP e imponer con sus consolas de nueva generación.
No obstante, los últimos años han sido una caída libre y sin frenos para la convención. Parece incluso que, de la noche a la mañana, todo el legado y respeto que generaba E3 entre los estudios y jugadores se esfumó. ¿Qué pasó realmente? Bueno, no fue un fin repentino, en realidad la convención ya llevaba muchos años sufriendo con su realización y lo anunciado ayer podría ser su fin definitivo.
Para recordar un poco sobre E3 y su descenso, vamos a repasar algunos de los puntos que causaron su, quizá, inevitable caída.
La pandemia de COVID-19
Empecemos con uno de los responsables más inmediatos. La pandemia representó un golpe que afectó a todos los sectores, incluidos los videojuegos. Siendo E3 un evento con un importante componente presencial, la pandemia representó un gran bache que superar.
Tristemente, la convención no supo llevar de la mejor forma su formato digital, dejando mucho que desear en la edición del 2021. Las presentaciones fueron tan malas y se notó tanto la ausencia de grandes anuncios -también por culpa de la pandemia-, que el evento simplemente no logró cumplir sus expectativas.
Esto se pudo notar en las reacciones del público, las cuales destacaron por todo menos por ser amables. El rebote fue tal, que la propia ESA, organizadores del evento, terminaron cancelando la edición del año pasado. En ese momento mencionaron que se tomarían un año para pensar en cómo realizarían la edición 2023, la cual ya conocemos su destino.
La ausencia de grandes empresas
Aunque la pandemia es responsable de la caída de E3, podríamos decir que en realidad cumplió más una función de acelerador. Desde las ediciones de 2019 y 2018, la convención ya comenzaba a palidecer en su importancia.
Para muestra de esto tenemos a Sony, quienes desde 2019 anunciaron que no participarían en E3. Esta noticia, en su momento, fue una verdadera sorpresa. Muchos consideraron el movimiento de los dueños de PlayStation como una locura, un tiro en el pie que los obligaba a perder los grandes reflectores que el evento ofrecía.
A pesar de las críticas, Sony firme a su decisión, alejándose de la convención durante 2019 e incluso adelantando que tampoco volvería en 2020. Al final, la historia, les ha dado la razón. Tan solo hay que retroceder unos meses atrás, cuando Nintendo y Microsoft también rechazaron a E3, mencionando que no formarían parte del evento de este año.
Sin los tres grandes, E3 perdía por completo el atractivo de millones de jugadores, ya que estas conferencias eran lo más visto y esperado del evento por muchos.
No supieron entender al público
E3 siempre fue un paradigma en lo que a eventos de su tipo refiere. Hablamos que se trataba de una convención en la que estudios y empresas de videojuegos realizaban sus más grandes anuncios.
Ya entrados en la era de la masificación del internet, una idea así suena anticuada. Después de todo, E3 tuvo sus mejores años cuando las revelaciones más importantes tenían que reservarse para el evento, básicamente porque no había un reflector más grande para hacerlo.
Todo esto cambió con la actual era de la información. El rápido acceso a la información, el uso masivo de redes sociales y la tecnología de streaming ayudó a dejar atrás los eventos presenciales y dar paso a lo digital.
Esto no solo permitía que las empresas tuvieran un mejor control sobre cuántas personas vieron sus anuncios y el impacto que generan en los consumidores. También es un medio más barato y que apremia la exclusividad sin competir con otros por la atención del público en un sitio físico.
Todo este cambio también va de mano con las audiencias, sobre todo las más jóvenes. Para muchos, ir a un evento de videojuegos nunca figuró en su imaginario, por lo que es mejor verlo en una pantalla al mismo tiempo que todos y participar en la conversación que se arma en internet.
El fin de una era
La cancelación de E3 2023 podría ser el fin de una era. Si la ESA ya no tiene intenciones de intentarlo el próximo año y las condiciones no se dan, esto podría ser lo último que veremos de la legendaria convención.
Es una pena que su final haya sido en estas condiciones tan decepcionantes, pero parece que era la única salida posible ante todos los cambios que han ocurrido en los últimos años. Gracias por todo E3, los más veteranos te recordaremos con cariño.