Por: Alejandro González
Correr un maratón es un reto difícil y complicado, pues se necesitan varias horas de entrenamiento, pero cruzar la meta es algo extraordinario.
Tal es el caso de Jesús Glenn, quien acaba de recorrer poco más de 42 kilómetros en Torreón.
“Es algo indescriptible, una felicidad enorme, a pesar de mi tiempo, casi fui de los últimos (7:00:10), era como un sueño, no lo podía creer. Jamás, pero jamás pensé que lo fuera a terminar”, expresó.
Jesús confirmó que no hay límites en el cuerpo humano, solo hay que animarse a intentarlo y dar el extra con el corazón.
“La determinación y ver siempre el lado bueno a las cosas hacen la diferencia, que nunca nos demos por vencidos antes de tiempo y que con fe y de la mano de Dios podemos hacer grandes cosas”, puntualizó.
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Jesús comentó que no había entrenado, además no traía sus tenis para correr porque estaba acompañando a su novia Ari, quien sí entrenó en tiempo y forma.
“Solamente salí una vez y corrí una distancia de 3 kilómetros, fue lo único que hice. Llegando a Torreón dije «es una locura hacerlo» y solo me concreté a ir a recoger el kit, pues la verdad esa era mi realidad, no tenía entreno, no podía hacerlo, pero al ver a los compañeros con capacidades diferentes cuando fui por mi kit, ahí cambió todo”.
Pensó en correr solamente un kilómetro, esa era su meta, “por lo menos me levanto, acompaño a mi novia en la salida, pero ya al llegar, ver el ambiente de los compañeros corredores y los ánimos, la gente por donde vas pasando en la ciudad que en verdad se pone las pilas”, esa fue su motivación.
Maratones
Jesús ha participado en tres maratones, en dos de ellos, que sí entrenó, en verdad la sufrió, según relató.
El primero en el que corrió fue el de Los Generales Durango, el segundo el Powerade de Monterrey y el pasado Maratón LALA 2022.