En una decisión valiente y determinada, cientos de migrantes de diversos países de América Latina han emprendido un viaje hacia la Ciudad de México en una nueva caravana, justo a una semana de la toma de posesión de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos.
Esta iniciativa surge en medio de las amenazas del nuevo mandatario de llevar a cabo la mayor deportación masiva de extranjeros en la historia del país. A diferencia de anteriores caravanas, en esta ocasión se unen personas de Panamá, Ecuador, Perú, Colombia, Venezuela, Honduras, El Salvador, Guatemala, Haití y otros países de la región.
Advertencia de los migrantes
Ante ello, Luis Rey García Villagrán, del Centro de Dignificación Humana, advierte al presidente electo que por cada avión que envíe a Tapachula, saldrá una nueva caravana de migrantes; por cada ofensa a los mexicanos, recibirán una bendición; y por cada persona deportada, entrarán diez más a los Estados Unidos.
Entre los valientes que han decidido unirse a esta travesía se encuentran Dalisha, migrante panameña, y Gorman Almeida, migrante venezolano. Ambos anhelan encontrar en los Estados Unidos una oportunidad de trabajo y un mejor futuro para ellos y sus familias.
Dalisha expresa su deseo de ayudar a su familia en medio de la falta de empleo y la violencia en Panamá, mientras que Gorman espera que la presión de Trump sobre la dictadura de Maduro en Venezuela contribuya a la lucha por la libertad en su país.
Por otra parte, Adrián Duarte, parte de la primera caravana que salió de San Pedro Sula en enero, destaca la determinación y valentía de los migrantes que buscan una vida mejor en Estados Unidos, a pesar de los obstáculos en su camino.
Su objetivo es claro: seguir avanzando, sin temor a las deportaciones y con la esperanza de encontrar seguridad y oportunidades en su destino final. Esta caravana migrante es un símbolo de resistencia y lucha por un futuro digno para aquellos que buscan un mejor porvenir lejos de la violencia y la inseguridad.
A medida que se acerca la toma de posesión de Trump, la determinación de estos migrantes solo se fortalece, reafirmando su derecho a una vida mejor en un país que ha sido construido con la fuerza de la comunidad latina.