En los últimos años, las prohibiciones relacionadas con el vapeo aumentaron considerablemente y la regulación de estos dispositivos se ha vuelto cada vez más urgente. Esta tendencia ha sido impulsada por la proliferación de un mercado negro encabezado por el crimen organizado, lo que representa un riesgo para la salud pública. Frente a este panorama, el presidente de México ha enfatizado en diversas conferencias matutinas que la prohibición es una de las principales prioridades de su agenda gubernamental.

A pesar de ello, estudios en diferentes países han demostrado que los cigarros electrónicos pueden ser una alternativa viable para combatir el tabaquismo. Investigadores han señalado que la reducción de daños es una estrategia eficaz en la lucha contra esta adicción, en lugar de centrarse únicamente en la prevención y cesación.

Cambiar los cigarrillos regulares por cigarros electrónicos puede disminuir el riesgo de enfermedades coronarias, cerebrovasculares, cáncer, diabetes e hipertensión hasta en un 97%, según el experto Alejandro Espinosa Herre del Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresa (IPADE).

Siguiendo este enfoque de reducción de riesgos, se estima que se podrían prevenir más de 650 mil casos de enfermedades al año en México. Además de la modificación de la alimentación, como el aumento del consumo de frutas y verduras y la disminución de grasas y sal, el cambio hacia cigarros electrónicos también representaría un ahorro significativo en los costos de atención médica, alcanzando los $3.4 mil millones de dólares. De esta cifra, $2,800 millones serían atribuibles a mejoras en la nutrición y $300 millones a la reducción del tabaquismo.

Promover comportamientos saludables, como adoptar dietas más saludables, moderar el consumo de alcohol y cambiar a productos de tabaco o nicotina sin combustión, podría tener un impacto sustancial en la reducción de la carga de enfermedades y los costos de atención médica. Estos hallazgos resaltan la importancia de implementar políticas de salud pública que promuevan conductas de bajo riesgo.

Actualmente, en México existe un debate sobre los vapeadores y cigarros electrónicos. Mientras el gobierno del presidente López Obrador aboga por prohibir estos productos, expertos y consumidores defienden una regulación que ordene el mercado y fomente un consumo informado.

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