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Colosio: estas son las inconsistencias en el asesinato del candidato

08/07/2022 - Hace 2 años en México

Colosio: estas son las inconsistencias en el asesinato del candidato

Nacional | 08/07/2022 - Hace 2 años
Colosio: estas son las inconsistencias en el asesinato del candidato

México. La Fiscalía General de la República (FGR) anunció la reapertura del caso por el asesinato de Luis Donaldo Colosio. Sin embargo, este histórico crimen está marcado por inconsistencias y misterios.

Tras darse a conocer la noticia de que se volvería a investigar el crimen del candidato a la presidencia, Laura Sánchez Ley, autora del libro Aburto testimonios desde Almoloya, compartió una serie de irregularidades y violaciones que hay en torno al caso.

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Las inconsistencias del asesinato de Colosio

Una de las primeras inconsciencias del caso es que toda la sentencia en contra de Mario Aburto Martínez se sostiene en el testimonio de la novia de Aburto. Según Sánchez Ley, Graciela Gónzalez, afirmó que policías la obligaron a firmar papeles en donde aseguraba que su novio le había confesado el crimen.

Otra de las situaciones que no cuadran en el crimen, es que según las autoridades ocho policías vieron como Aburto le disparaba al candidato del PRI. No obstante, la periodista reveló que esto fue así.

«Según ellos vieron cómo Mario disparó dos veces. Sin embargo encontré que 6 policías no participaron en la detención o estuvieron cerca y fueron presentados como testigos del crimen», escribió en Twitter.

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Luis Donaldo Colosio

Además, otros testigos clave fueron los primos de Aburto, Marcelino y Mauricio, quienes aseguraron que Mario les enseñó unos días antes el arma homicida. Sin embargo, al igual que la novia del inculpado se retractaron y aseguraron recibir amenazas de aventarlos a un hoyo, además, de torturas.

Asimismo la periodista destaca que hubo otro detenido por el crimen, pero lo dejaron libre solo unas horas después.

Se trata de José Antonio Sánchez Ortega, un agente del Centro de Investigación y Seguridad Nacional  (Cisen), detenido con sangre en su chamarra y plomo en las manos. Pero liberado a las tres horas de su arresto el 23 de marzo de 1994.

«Primero Sánchez Ortega aseguró que no iba armado el día del magnicidio, ya que dentro del trabajo que realizaba no se le permitía portar armas de fuego. El dictamen firmado por 4 peritos concluyó que en las manos de Sánchez existía la presencia de plomo y bario», cuenta Sánchez Ley.

Foto: @LauraSanchezLey

 

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