Tijuana.- Luego de vivir unos años en EE.UU. y ser deportados a Tijuana, estos se vuelven adictos a la metanfetamina.
Y para conseguir las dosis de droga, los deportados venden basura, entre la que viven.
Al norte de Tijuana, no solo se vive una crisis de violencia, migración y fentanilo.
Sino que también las metanfetaminas, droga que es más fácil de conseguir.
En Tijuana, los adictos a la metanfetamina o cristal en su mayoría son migrantes deportados de EE.UU.
A los cuales también se les conoce como «tecolines» o «cricos».
En una vecindad de aquella ciudad, habitan un grupo de personas que sobreviven con la venta de basura.