En un emotivo acto cargado de tristeza y melancolía, familiares y amigos dieron el último adiós a Obed Beltrán Sánchez, el migrante poblano asesinado el pasado 11 de febrero en la estación del metro Mount Eden del Bronx, Nueva York. La caravana de automóviles que seguía la carroza fúnebre llevó los restos de Obed hasta su última morada, marcando un doloroso final para aquel que regresó a casa después de dos años de ausencia.

Reflexiones en la misa de cuerpo presente

El hogar que compartió con sus padres y hermanos fue testigo de una despedida dolorosa, pues después de dos años de estar ausente, la familia no volvió a ver a Obed en persona. Las llamadas y video llamadas mantenían el contacto, pero la presencia física del ser querido se convirtió en un vacío irremplazable. La entrega del ataúd y su subida a la carroza marcaron el inicio de un duelo que dejó un hueco imborrable en el hogar de los Beltrán.

Durante la misa de cuerpo presente, el párroco lamentó vivir en una ‘cultura de la muerte’, haciendo hincapié en la necesidad de cultivar una cultura de la vida y los valores. Se cuestionó sobre la dirección que ha tomado la sociedad y la cultura, instando a los presentes a trabajar por una cultura basada en el respeto, el amor, la ayuda mutua y la honestidad, contrarrestando así las influencias negativas de la violencia y la decadencia moral.

Lamento de la familia y apoyo del Ayuntamiento

Asunción Beltrán, tío de Obed, expresó su preocupación por las dos niñas que quedaron huérfanas debido al trágico suceso. Destacó la importancia de brindar apoyo a los familiares afectados, describiendo a Obed como una persona sencilla y trabajadora. Los recuerdos de fechas significativas, como su boda y el nacimiento de sus hijas, resaltan la tristeza de la pérdida.

Por su parte, el secretario General del Ayuntamiento, Edgar Fidel Cruz Trujillo, informó que el Ayuntamiento cubrió los gastos por derecho de inhumación y se mantiene disponible para brindar cualquier otro tipo de apoyo que la familia necesite. Asimismo, destacó la rapidez del traslado de los restos gracias a la colaboración entre el consulado de México, autoridades de Nueva York y los gobiernos estatales y municipales.

Este trágico suceso se suma a otros dos casos en lo que va del año donde el Ayuntamiento ha proporcionado apoyo para el traslado de restos de connacionales fallecidos en el extranjero. La solidaridad y colaboración entre instituciones y familias se convierte en un pilar fundamental para superar momentos tan difíciles como estos.

El adiós a Obed Beltrán no solo representa una pérdida personal para su familia, sino que también destaca la importancia de abogar por un mundo donde la violencia ceda su lugar a una cultura de vida y valores. Su memoria permanecerá viva en los corazones de quienes le conocieron y amaron.

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