En la cueva prehistórica La Morita II, ubicada en Nuevo León, los investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) encontraron restos humanos con más de 2 mil 500 años de antigüedad.
Estos restos, descubiertos a 1.65 metros de profundidad en la cámara sur de la cueva, incluyen falanges de la mano, metatarsianos de los pies, un cúbito y un húmero, así como piezas dentarias sueltas, que podrían pertenecer a un bebé y dos adolescentes.
Junto a los restos humanos, se hallaron fragmentos de cestería, textiles y fibras, posiblemente parte del envoltorio que los rodeaba.
El arqueólogo Moisés Valadez Moreno, a cargo de la explicación, sugiere que estos restos podrían haber sido desmembrados y colocados intencionalmente en un sector apartado de la cueva como parte de prácticas funerarias.
Además, el equipo de investigación recuperó aproximadamente mil 500 artefactos, incluyendo puntas de lanza, punzones y cantos pulidos, con una antigüedad estimada entre 4 mil 500 y 2 mil 500 años, así como materiales perecederos como fragmentos de cordeles y cestería.
Estos descubrimientos se suman a los 30 mil restos previamente recuperados en La Morita II desde 2003, contribuyendo significativamente al conocimiento arqueológico de la región.