Seguramente ya perdiste la cuenta de en qué día de enero vas y no te preocupes, no estás loco; es normal sentir que enero no acaba y eso tiene una explicación científica que aquí te contamos.
Llega después de las fiestas decembrinas.
- Diciembre es un mes lleno de reuniones, encuentros con amigos cercanos y celebraciones, por eso se pasa «volando».
- Por otro lado, enero es el mes en el que se vuelve a la realidad, en el que llega la famosa «cuesta de enero».
- Además, es el mes en el que regresas a la rutina, pues se terminan las vacaciones.
Y el frío no ayuda mucho…
- Este primer mes del año sigue formando parte de la temporada invernal, por lo que las temperaturas bajas continúan.
- Los días parecen ser más cortos al oscurecer más temprano pero eternos al no acabarse a pesar de estar oscuro.
- El clima es importante en la percepción del tiempo, ya que al tener dificultades para dejar la cama en las mañanas gracias al frío, la actitud positiva desaparece.
Los puntos que ya te mencionamos son algunas de las razones por las que enero parece eterno, pero ahora sí vamos a la explicación científica.
La razón científica del por qué enero parece tan largo:
- En el cerebro existe una función de neurotransmisor encargada del comportamiento, la cognición, la actividad motora, la motivación, el humor, el sueño y el aprendizaje.
- ¿Y eso qué tiene que ver? Eso quiere decir que dependiendo de cómo funcione, se percibe el ritmo del tiempo.
- Explicado de otra manera, las fiestas de diciembre nos dan la sensación de que el tiempo pasa demasiado rápido, pues por la felicidad nuestro cuerpo libera una gran cantidad de dopamina.
- Sin embargo, cuando llega enero sabemos que volvemos a la rutina, por lo que vemos el tiempo más lento, a esto se le conoce como “la hipótesis del reloj de dopamina”.
Pero tranquilo, todo es cuestión de actitud y sí tomas cada día con una sonrisa y con optimismo verás como los días pasan más rápido sin importar el mes que sea.
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