Claudia Sheinbaum, virtual presidenta electa de México, defendió la decisión de mantener la Guardia Nacional bajo el control de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). En una reciente conferencia de prensa, Sheinbaum enfatizó que esta medida no constituye una militarización del país, ya que la política de seguridad seguirá siendo dictada por el presidente o la presidenta de la República, y no exclusivamente por una institución militar.
‘¿Quién dicta la política de seguridad? La presidenta de la República, no es militarización, militarización sería si quien dictara toda la política de seguridad fuera una institución solamente del Ejército. No es así, la política la define el gobierno de la República con la presidenta’, explicó Sheinbaum.
Coincidencia con AMLO: Evitar errores del pasado
Sheinbaum manifestó su alineación con el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en la necesidad de evitar situaciones como las que se presentaron con la Policía Federal, especialmente durante el periodo en el que estuvo bajo el control de Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública, actualmente procesado por múltiples delitos en Estados Unidos.
‘Desde la campaña manifesté mi respaldo a que la Guardia Nacional dependa de la Sedena’, reiteró Sheinbaum. Ella y AMLO comparten la visión de que esta dependencia puede asegurar una mayor integridad y control en las operaciones de seguridad, previniendo la corrupción y los abusos que caracterizaron a la Policía Federal en el pasado.
Sheinbaum evaluá titulares de Defensa y Marina
Respecto a los futuros nombramientos de los titulares de la Defensa Nacional y la Marina, Sheinbaum indicó que estos se realizarán casi al inicio de su gobierno. La presidenta electa aseguró que se tomará el tiempo necesario para evaluar los perfiles adecuados y seleccionar a las personas más capacitadas para encabezar estas importantes dependencias.
‘Esperaré hasta casi la entrada de mi gobierno para evaluar los perfiles y escoger a las personas que encabezarán estas dependencias del gobierno federal’, afirmó. Esta decisión subraya su compromiso de formar un equipo de seguridad competente y confiable.
Desmitificación de la militarización
El debate sobre la militarización de la seguridad pública se ha convertido en un tema recurrente en la política mexicana. La Guardia Nacional, creada en 2019, ha sido objeto de controversia desde su concepción. Algunos críticos han argumentado que su incorporación a la Sedena representa una militarización de la seguridad pública, contraviniendo principios democráticos y de derechos humanos.
No obstante, Sheinbaum y sus aliados defienden la postura de que la dirección de la política de seguridad por parte de un liderazgo civil es suficiente para mitigar estos temores. El argumento central es que la estructura y el control operativos bajo la Sedena no implican una militarización per se, siempre que las decisiones estratégicas y políticas se mantengan en manos del gobierno civil.
Contexto histórico y comparaciones
La violencia y la corrupción dentro de las fuerzas policiales civiles, especialmente la Policía Federal, han generado una profunda desconfianza en su capacidad para garantizar la seguridad pública. Casos notorios de abuso y corrupción, como los asociados con García Luna, han exacerbado esta percepción y han llevado a muchos a ver la intervención militar como una opción más segura y controlada.
De esta manera, la Guardia Nacional se concibió como una fuerza intermedia, aprovechando tanto las capacidades operativas de las fuerzas armadas como un compromiso con el control civil. Sheinbaum y AMLO han argumentado que mantener a la Guardia Nacional bajo la Sedena puede asegurar un control más riguroso y una menor incidencia de corrupción y abuso.
La próxima administración de Sheinbaum parece estar decidida a continuar con esta estrategia de seguridad, con un enfoque en el liderazgo civil y la supervisión directa sobre las fuerzas de seguridad. Esta postura pretende no solo mantener la estabilidad y la seguridad, sino también reconstruir la confianza pública en las instituciones encargadas de la seguridad nacional.
Asimismo, el proceso de selección de los nuevos titulares de Defensa y Marina será un momento crucial para definir el rumbo de la política de seguridad en los próximos años. La elección de figuras competentes y con integridad será esencial para cumplir con las promesas de un liderazgo civil fuerte y un enfoque eficaz en la seguridad pública.
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