En un día como hoy, hace 71 años, se marcó un hito en la historia de los derechos en México: las mujeres mexicanas obtuvieron el derecho al voto en 1953, un avance fundamental en la lucha por la igualdad de género en el país.
El 17 de octubre de dicho año, un decreto presidencial concedió a las mujeres la ciudadanía plena, permitiéndoles participar en las elecciones y ser elegidas para cargos públicos. Este acontecimiento significativo marcó el inicio de un largo camino hacia la igualdad de género política en México.
Tabasco, pionero en derecho al voto femenino
Antes de este decreto, el estado de Tabasco había sido pionero en otorgar el derecho al voto a las mujeres en la década de los 30 bajo el mandato del exgobernador Tomás Garrido Canabal. El Decreto 9, promulgado en 1925, permitió a las mujeres tabasqueñas votar y ser votadas por primera vez en la elección de sus gobernantes, un hito en la historia política de la región y del país.
La participación política femenina se vio impulsada también por el gobierno de Felipe Carrillo Puerto, quien en 1922 permitió a tres mujeres ser electas como diputadas al Congreso estatal: Elvia Carrillo Puerto, Raquel Dzib Ciseron y Beatriz Peniche de Ponce, además de Rosa Torres como regidora en el Ayuntamiento de Mérida.
Un primer paso hacia la igualdad
Estos logros fueron parte de una serie de reformas sociales que buscaban la igualdad de género y la participación de las mujeres en la vida pública. Otro hito importante en el camino hacia la igualdad de género política en México fue la reforma al artículo 115 constitucional en 1947 durante el gobierno de Miguel Alemán.
Esta reforma reconoció por primera vez el derecho de las mujeres a votar y ser votadas a nivel municipal, permitiendo que participaran en las elecciones municipales en igualdad de condiciones con los hombres.
Esta reforma implicó igualdad en las elecciones municipales, dando a las mujeres mexicanas el derecho tanto de emitir su voto como de postularse como candidatas. Aunque se limitaba al ámbito municipal, este reconocimiento significó un avance crucial hacia el reconocimiento de las mujeres como ciudadanas con derechos políticos plenos.
Seis años después, el voto municipal en México experimentó un importante cambio, impulsado por las promesas de campaña del entonces candidato presidencial Adolfo Ruiz Cortines. Tras ganar las elecciones, en octubre de 1953, se promulgaron las reformas constitucionales que permitieron que las mujeres mexicanas disfrutaran de la ciudadanía plena a nivel federal.
Dos años después, en 1955, las mujeres mexicanas tuvieron la oportunidad de ejercer su derecho al voto en unas elecciones federales por primera vez. El 03 de julio de ese año, acudieron masivamente a las urnas para elegir a los diputados federales de la XLIII Legislatura, marcando un hito en la historia política del país.
Primeras mujeres con cargos políticos
Este avance significó un empoderamiento para las mujeres, al otorgarles una voz en la toma de decisiones que afectaban sus vidas. Además, abrió las puertas para que pudieran participar en la vida política federal y ejercer influencia en las decisiones nacionales, convirtiéndose en un símbolo del progreso social y de la evolución hacia una mayor igualdad de género en la sociedad mexicana.
La elección de la maestra y abogada María del Socorro Blanc Ruiz como la primera presidenta municipal de México en San Luis Potosí, en 1955, fue un paso importante en la consolidación del papel de las mujeres en la vida política del país.
Posteriormente, en 1964, las primeras senadoras mexicanas, María Lavalle Urbina y Alicia Arellano Tapia, fueron electas, representando al estado de Campeche y abriendo camino para la participación femenina en la vida legislativa nacional.
En 1979, Griselda Álvarez Ponce de León se convirtió en la primera mujer en ocupar el cargo de gobernadora de un estado en México, demostrando que las mujeres podían ocupar los más altos cargos políticos y desafiando las normas de género establecidas.
Finalmente, en un hito histórico, el pueblo de México eligió a la primera mujer presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, en junio de 2024. Este logro representa un nuevo ciclo en la lucha por la democratización de los derechos de las mujeres en la participación política del país.