Los restos óseos descubiertos semienterrados en la playa El Tambor, en Sinaloa, han sido identificados como los de Bianca Nallely, una joven de 26 años reportada como desaparecida desde el pasado 3 de agosto.
El descubrimiento tuvo lugar el 17 de agosto por la noche, cuando personas en la playa se encontraron con con los restos humanos y notificaron a las autoridades locales. El área fue asegurada por las fuerzas de seguridad, quienes llevaron a cabo el levantamiento del cuerpo. De acuerdo a informes preliminares, el cadáver presentaba una lesión en el cráneo que podría haber sido provocada por un disparo de arma de fuego.
Bianca Nallely fue reportada como desaparecida el 4 de agosto, activándose inmediatamente el Protocolo Alba para su búsqueda. La joven había salido de su domicilio un día antes y desde entonces no se había tenido ningún rastro de su paradero hasta este hallazgo en las playas de Navolato, Sinaloa.
Según los informes, Bianca Nallely Ríos Arroyo desapareció luego de salir de su trabajo ubicado en Lomas del Bulevar. La joven, madre de 26 años, trabajaba en un casino situado en el bulevar Zapata y salió de su empleo en la madrugada del sábado 3 de agosto.
Al momento de su desaparición, Bianca Nallely vestía el uniforme de su trabajo: una camisa de manga larga blanca, chaleco negro con tintes rojos, pantalón de vestir y zapatos negros. Su desaparición generó una gran movilización en la comunidad en búsqueda de pistas que llevaran al paradero de la joven madre.
En Sinaloa desaparece una persona cada ocho horas
Según datos proporcionados por la Comisión Estatal de Búsqueda de Personas de Sinaloa, la entidad se enfrenta a una preocupante problemática: la desaparición de una persona cada ocho horas. Este fenómeno ha experimentado un crecimiento exponencial en los últimos años, generando gran preocupación en la sociedad y en especial en expertos como Juan Carlos Ayala Barrón, investigador y académico de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS).
Si bien Sinaloa ha sido históricamente afectado por altos índices de asesinatos, los datos muestran una disminución en este tipo de delitos durante los años 2016 y 2017. Sin embargo, las desapariciones han experimentado un aumento significativo, a pesar de que los registros de desapariciones se remontan a 1964.
El académico de la UAS también señaló que la sociedad sinaloense parece haber normalizado la violencia, angustiándose por ella pero sin lograr generar un impacto significativo en la opinión pública. Según Ayala Barrón, los asesinatos, feminicidios y desapariciones que antes generaban una fuerte conmoción social, han ido perdiendo progresivamente su capacidad de impacto en la población, resultando en un fenómeno preocupante de desensibilización.