En lo que va del año 2024, el Estado de México ha sido escenario de una serie de descubrimientos inquietantes que han sacudido a la comunidad. Las autoridades han encontrado un total de 10 fosas clandestinas en diferentes puntos de la entidad, de las cuales han rescatado 22 cuerpos, según reveló la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) en respuesta a una solicitud de información. Este dato no solo evidencia la brutalidad y la extensión de la violencia en la región, sino también la urgente necesidad de estrategias eficaces para combatirla.
Los macabros descubrimientos: Detalles y ubicaciones
El informe de la FGJEM indica que los hallazgos ocurrieron en varios municipios del estado, incluyendo San Antonio la Isla, Huixquilucan, Mexicaltzingo, Toluca, Temoaya, Nicolás Romero, Naucalpan y Xalatlaco. De estas sepulturas clandestinas, el personal especializado ha recuperado 22 cuerpos, entre los cuales se encuentran 20 hombres y 2 mujeres. Sin embargo, la identificación de los cuerpos sigue siendo un desafío, ya que ocho de ellos, incluyendo uno de los cadáveres femeninos, no han sido identificados hasta la fecha.
En Nicolás Romero, el hallazgo resultó particularmente perturbador, con dos fosas que contenían un total de 10 cadáveres. Este municipio destaca por ser el punto con el mayor número de cuerpos encontrados, lo que pone de relieve un problema de seguridad significativo en la zona.
Respuesta de las autoridades y detenciones
La gravedad de los hallazgos en Nicolás Romero llevó a una respuesta rápida de las autoridades. La Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) informó que, hasta el 24 de mayo, se habían detenido a 17 personas en relación con estos casos. Entre los detenidos, nueve eran elementos de la Dirección de Seguridad Pública de Nicolás Romero, quienes supuestamente colaboraron con una célula del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) en la ejecución y ocultación de los cuerpos.
Toluca: Otro foco de violencia
La capital del Estado de México, Toluca, también ha sido escenario de hallazgos macabros. Dos fosas clandestinas descubiertas en esta ciudad contenían los cuerpos de cuatro varones. El primer descubrimiento, realizado el 29 de febrero en la colonia Guadalupe, Santiago Tlacotepec, reveló tres cuerpos que aún no han sido identificados.
El segundo hallazgo, el 10 de abril en la delegación de Cacalomacán, resultó en la recuperación del cuerpo de un hombre que había sido secuestrado meses antes. Por estos hechos, dos personas resultaron detenidas, lo que proporciona un rayo de esperanza en la búsqueda de justicia para las víctimas y sus familias.
Por otro lado, en Temoaya, las autoridades localizaron dos fosas clandestinas el 25 de marzo, donde encontraron los restos de dos hombres que ya han sido identificados. Estos cuerpos fueron enterrados en una barranca en la comunidad de Jiquipilco El Viejo, en el paraje conocido como La Coarcheza.
Una realidad alarma y necesidad de acción
El descubrimiento de estas fosas clandestinas en el Estado de México es una dolorosa evidencia de la violencia y la criminalidad que azotan la región. Los cuerpos hallados no solo representan números, sino historias truncadas y familias devastadas.
Además, es crucial que se implementen políticas de seguridad efectivas y que se depuren las fuerzas de seguridad locales para evitar la infiltración de grupos criminales. Solo así se podrá comenzar a restaurar la confianza de la ciudadanía en las instituciones y a construir un entorno más seguro para todos los habitantes del Estado de México.
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