Tragedia en Tijuana:, un ritual espiritual termina en la muerte de 12 personas
15/12/2024 - Hace 3 horas en MéxicoTragedia en Tijuana:, un ritual espiritual termina en la muerte de 12 personas
Un oscuro episodio ocurrido en la ciudad de Tijuana, fue el de una ceremonia ritual realizada en la colonia Mariano Matamoros a finales de 1990 y se convirtió en una tragedia que enlutó a una docena de personas, incluidos dos menores de edad, por un error fatal en una bebida durante el «ritual» que los envenenó de forma accidental.
Esta historia involucró a una secta religiosa evangélica, conocida como el Templo del Mediodía, cuyas prácticas extremas llevaron a un desenlace devastador.
El evento tuvo lugar en la casa de Federico Padres Mejía, ciudadano estadounidense y presunto líder religioso de la secta.
La ceremonia, llevada a cabo el 12 de diciembre de 1990, Día de la Virgen de Guadalupe, se transformó en una noche de horror cuando un grupo de creyentes aspiró monóxido de carbono debido a la quema de velas, sales de Epsom y alcohol industrial como parte de un «ritual satánico» en una habitación cerrada herméticamente.
Lo que parecía ser un acto para «ver a Dios» terminó en una tragedia que conmocionó a todo México.
El reportero Robert Reinhold del diario The New York Times describió el suceso como un terrible accidente que causó la muerte de las víctimas.
A diferencia de la masacre ocurrida en Guyana en 1978, liderada por el pastor Jim Jones, en Tijuana se trató de un error fatal que cobró la vida de quienes buscaban bienestar, comunicación con lo divino y, lamentablemente, encontraron la muerte en una malograda ceremonia espiritual.
El hallazgo de los cuerpos sin vida fue gracias a Martín Celaya, el hijo de una pareja que participaba en el ritual.
Su valentía al irrumpir en la casa permitió salvar a cuatro personas, incluida una bebé de apenas dos meses.
Otro testigo clave fue Ana Fabiola Miranda, hijastra del líder de la secta, quien se abstuvo de participar en el ritual y posteriormente fue arrestada por no informar oportunamente a las autoridades sobre lo ocurrido en la morada de su padrastro.
El caso trascendió las fronteras de Tijuana y llegó hasta las páginas del prestigioso diario neoyorquino, The New York Times.
La cobertura internacional puso en relieve la peligrosidad de las sectas extremas y los rituales secretos que atraen a fieles en busca de redención, fortuna y conexión con lo divino, pero que en ocasiones desembocan en tragedias inimaginables.
A pesar de las conjeturas iniciales sobre un suicidio colectivo, las investigaciones posteriores demostraron que las fatalidades fueron producto de una serie de desaciertos durante la ceremonia ritual.
El Templo del Mediodía, con sus prácticas dudosas y su líder en entredicho, se convirtió en un símbolo de los peligros de las sectas extremistas y los riesgos que conlleva seguir ciegamente a líderes religiosos sin escrúpulos.
La memoria de las víctimas de Tijuana, que perecieron en una jornada que debió ser de fervor espiritual y no de muerte, permanece viva en la memoria de aquellos que recuerdan con horror y tristeza la tragedia que sacudió a la sociedad mexicana hace más de tres décadas.
Un recordatorio sombrío de los peligros que acechan en la búsqueda de la fe y la redención a través de prácticas extremas y rituales oscuros.
