Que estos tiempos nos enseñen a ser más amorosos, más indulgentes y más compasivos. Que estos tiempos nos enseñen lo que realmente importa.

Que estos tiempos

nos enseñen que la vida es efímera y que las cosas pueden cambiar en un abrir y cerrar de ojos por lo que a veces es mejor decir esas palabras que nos moríamos por decir, hacer esa llamada, decir lo siento o decir te amo. tu _ Que estos tiempos nos den el empujón que necesitábamos para desahogarnos o disculparnos o expresar cómo nos sentimos realmente.

Que estos tiempos

nos enseñen a no dar nada por sentado; nuestra familia, nuestros amigos, nuestros trabajos y nuestro propio bienestar. Que estos tiempos nos recuerden cuidar nuestros cuerpos, nuestras mentes y nos obliguen a cambiar las cosas en nuestras vidas que perturban nuestra paz interior o nos deprimen. Que estos tiempos nos recuerden lo importante que es tener un hogar al que queramos volver, gente con la que queramos quedarnos atrapados en casa y que nos recuerde que no podemos seguir huyendo para siempre, que nunca podemos huir. lejos de la verdad, que eventualmente tendremos que descansar la cabeza en nuestras almohadas y pensar en lo que realmente importa sin el ajetreo y el bullicio de nuestra vida cotidiana. Que estos tiempos nos obliguen a hacer cambios a largo plazo en lugar de perseguir la felicidad temporal o la gratificación instantánea.

Que estos tiempos

nos enseñen que Dios todavía tiene el poder, la última palabra, la varita mágica sin importar cuán en control de nuestras vidas creamos que estamos. Que nos recuerde que siempre hay un poder superior con el que debemos hablar u orar cuando las cosas se desmoronan cuando no sabemos lo que nos depara el futuro, cuando estamos muertos de miedo y ningún otro ser humano puede tranquilizarnos o hacernos sentirnos seguros o protegernos. Que estos tiempos nos enseñen que a veces la fe es la única respuesta y la única forma de superar las cosas que no podemos controlar o entender. Que estos tiempos nos recuerden cómo creer o esperar contra viento y marea solo porque tenemos fe en que de alguna manera cuando termine el huracán, el arcoíris seguirá.

Que estos tiempos

nos enseñen a reducir la velocidad, a tomar un descanso, a dejar de dar vueltas porque al final del día, cuando nos enfrentamos a una crisis, todo se detuvo, todo se detuvo, todo lo que El pensamiento que no podía esperar se pospuso, los plazos desaparecieron, las reglas cambiaron, las prioridades cambiaron y el espectáculo se detuvo por completo.

Que estos tiempos

nos enseñen que no hay nada en esta vida que esté realmente garantizado y tal vez todo esto sea una gran bofetada para que recordemos lo que es realmente importante y lo que vale la pena. Que estos tiempos nos enseñen cómo pasar los próximos días siendo amables unos con otros, siendo más amorosos, más tolerantes y más compasivos. Que estos tiempos nos enseñen una mejor manera de vivir y nos empujen a reflexionar sobre el significado de nuestras vidas y cómo hacer que el resto de nuestros días realmente cuente.