Mazatlán no canta mal las rancheras, y ahora lo hace con ritmo de protesta.

El nombre de Jorge, un humilde albañil, se convirtió en símbolo de resistencia luego de que fuera víctima de discriminación por parte de un extranjero que le exigió retirarse de una banqueta donde comía tranquilamente. Pero lo que comenzó como un momento indignante en redes sociales, se transformó en un himno popular gracias a una canción que enciende corazones y enardece conciencias.

El protagonista de esta canción es Roy Cuervo, un tiktoker mexicano conocido por su agudo sentido del humor, su crítica social disfrazada de sátira y ahora, por su talento para convertir la indignación colectiva en una pieza musical que se viralizó en cuestión de horas.

Todo ocurrió el pasado 22 de abril, cuando un video comenzó a recorrer las redes sociales mostrando a un extranjero identificado como estadounidense pidiéndole a Jorge, un obrero que descansaba comiendo en la banqueta, que se retirara porque “estaba frente a su casa”.

En el video, se escuchó al extranjero usando un tono altanero, casi burlón, exigiendo al trabajador mexicano que se moviera, a pesar de que Jorge no estaba cometiendo ninguna falta. El acto, grabado por testigos, desató una ola de indignación en TikTok y otras plataformas donde miles de usuarios comenzaron a mostrar su apoyo a Jorge.

Jorge, quien se identificó ante medios locales, reveló que no era la primera vez que ese extranjero se comportaba de forma agresiva con trabajadores de la zona e incluso con niños. Lo que más conmovió de su testimonio fue su humildad y su agradecimiento por el inesperado apoyo nacional: “No tiene caso pelear, pero se agradece que la gente esté pendiente”.

Fue entonces cuando Roy Cuervo, influenciador y músico, decidió responder al caso con lo que mejor sabe hacer: contenido que conecte con el pueblo. Así nació la canción titulada informalmente como “No, gringo, con Mazatlán no”, una mezcla de crítica, ritmo y orgullo mazatleco.

Fragmento de la letra:

“No, no, no, con la gente no, de Mazatlán no.

No, ‘gringo’, no, con Mazatlán no (…).

Ya mucha gente de Mazatlán está en la casa de ese loco.

A ver, córrenos a todos y que se vea, dale…”

La canción incluye frases que reflejan perfectamente el sentimiento colectivo de una comunidad que no piensa tolerar más actos de discriminación. Y con frases como “la protesta ya está, todos en la banqueta” y “Mazatlán no se está dejando”, la melodía se volvió un canto de unión.

Protesta con sabor: “carnita asada” frente al agresor

Como si fuera una escena sacada de una película de realismo mágico, cientos de personas acudieron a la casa del extranjero en Mazatlán para manifestarse de una forma muy mexicana: con una carnita asada comunitaria.

A través de redes sociales, usuarios convocaron la reunión en la misma calle donde Jorge fue agredido, con sillas, anafres, y hasta música de banda en vivo. Todo, en un ambiente pacífico pero poderoso, donde el mensaje fue claro: a los nuestros, los defendemos todos.

El video musical de Roy Cuervo no solo suma ya cientos de miles de reproducciones, sino que se convirtió en material de referencia para otros creadores de contenido, influencers y medios nacionales que compartieron la canción como símbolo de apoyo.

La pieza también ha sido aplaudida por defensores de derechos humanos y por ciudadanos que ven en Jorge a sus propios padres, hermanos o vecinos. El mensaje no es solo para el extranjero que protagonizó el caso: es para todo aquel que venga a México sin respeto.

La canción de Roy Cuervo es más que un hit viral. Es un reflejo de cómo las nuevas generaciones están utilizando las redes sociales para crear comunidad, para defender lo que consideran justo y para transformar la rabia en arte.

Y aunque Jorge prefirió mantenerse al margen de la protesta frente a la casa del extranjero, su historia ya forma parte de la memoria colectiva. Hoy su nombre es sinónimo de dignidad. Y su historia, una que nadie quiere repetir.

Un pueblo que canta, protesta y no se deja

Porque cuando alguien toca a uno, toca a todos. Y si algo ha demostrado Mazatlán es que la unión, el orgullo y la sazón de su gente no se negocian.

No, gringo… con Mazatlán no.

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