18 de junio, muere Eufemio Zapata
Por: Gilberto Jiménez Carrillo
Sidronio Camacho, coronel perteneciente a las tropas de Eufemio Zapata, lo mató por una venganza, pues el hermano de Emiliano había azotado públicamente, horas antes, al padre de Sidronio, un anciano comerciante de Cuautla, Morelos. Después de una intensa búsqueda, el Coronel halló al General y lo insultó, éste propuso un duelo y le tocó morir. En un duelo a balazos con uno de sus más valientes subordinados, murió el general Eufemio Zapata, el hermano del caudillo suriano. Ebrio, dando traspiés, disparando su pistola sin buscar el cuerpo de su rival -mientras que éste, de rodillas, le hacía disparos con su carabina-, Eufemio cayó acribillado a balazos, pero todavía con vida y desafiando a su subordinado. Eufemio Zapata no tenía la visión de futuro que tenía su hermano Emiliano. Era más campesino, más duro pero muy valiente. Junto con Emiliano, se había lanzado a la lucha armada desde 1910, habiendo concurrido a las acciones de guerra más notables en las cuales había dado todo lo que puede dar un hombre de valor y de audacia. Tenía cinco o seis años más que Emiliano, pero sentía gran respeto por su hermano menor, a quien siempre llamaba «El hermano». Cuando preguntaba por el jefe del movimiento revolucionario suriano, decía: «¿Ha visto usted al hermano»? Cuando saludaba a Emiliano, invariablemente le interrogaba: «¿Cómo está el hermano?» «El Hermano» tenía para él gran cariño. Le daba siempre las comisiones de más confianza y confiando en su valor, lo enviaban a los lugares más comprometidos en el combate. No era Eufemio general, por el hecho de ser el hermano del jefe del movimiento. El grado lo conquistó como lo habían conquistado otros valientes. Los comerciantes se quejaron al jefe de las fuerzas surianas de los abusos de Eufemio, quien llamó a su hermano al cuartel general en Tlaltizapán, haciéndole una severísima reconvención. Regresó Eufemio a Cuautla en estado de ebriedad. Muy herido se sentía por las palabras de su hermano y para conformarse, bebió durante toda una noche -la última de su vida-y siguió durante el día. Había bebido tanto que difícilmente se podía tener en pie, pero pudo recorrer las tiendas y dar nuevo castigo a los comerciantes, con tanta o más dureza. Y entre los comerciantes a quienes golpeó se encontraba el señor Camacho, padre de uno de los jefes zapatistas más audaces a quien llamaban el “Loco Sidronio”. General, lo andaba buscando -dijo el «Loco Sidronio» a Eufemio, deteniéndolo. ¿Para qué me quieres? -le preguntó el general, quien apenas podía detenerse en pie. -Para decirle que usted no es hombre, porque si lo fuera, en lugar de haber golpeado a mi padre, que ya es anciano, debió usted entendérselas conmigo… -y tú, “Loco”, ¿cómo te atreves a hablar así a tu jefe? -iPorque mi jefe es un cobarde! -contestó, violento, el coronel Camacho. –i A mí no me dice nadie cobarde, tal por cual!… -gritó el general, y Eufemio, convertido en una fiera, lanzó los más duros epítetos a su subordinado, y para que veas lo que es Eufemio Zapata, nos las vamos a entender. Al enterarse de la muerte de su hermano, durante muchos días Emiliano no habló una sola palabra con nadie y posteriormente se encargó de hacer creer entre la tropa que Eufemio había muerto peleando con el enemigo.
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