2022, ¿La segunda alternancia?
Por: Ernesto Escobosa
El proceso electoral de 2022 empieza a mostrar algunos indicadores de que será un ejercicio álgido en el que habrá pocas condiciones de construir acuerdos para transitarlo, tanto al interior de los partidos, de las eventuales coaliciones, así como entre los contrincantes, la polarización de las posiciones actuales, sin duda, en vez de aminorar se fortalecerán. La administración estatal tiene todas las características de un sexenio perdido, quien gane la gubernatura recibirá un estado más endeudado y con una problemática acumulada, el gobernador Aispuro entregará un Durango en peores circunstancias de cómo lo recibió, difícilmente podrá hacer que varíe esta percepción en estos últimos meses.
La alternancia se dio con muchas expectativas de que se gobernaría diferente y que en las decisiones de Gobierno habría prioridades que tendrían repercusiones en la calidad de vida de la gente, que se abrirían nuevas oportunidades de inversión, empleo y trabajo y lo cierto, es que se quedaron muy lejos de poder lograrlo, esta primera alternancia de partido en el poder se mostró muy pequeña para los grandes retos de Durango. La disyuntiva de los electores en 2022 será entre la continuidad o el cambio, circunstancia que por lógica elemental pone en un escenario de desventaja al PAN y a sus eventuales aliados, no se percibe un ánimo social que se incline porque estas condiciones prevalezcan, es evidente que la mayoría de los duranguenses están en la vía de que lo más conveniente es que se hagan las cosas de forma distinta.
El PAN está en la tercera fuerza, Morena le ganó casi dos a uno, en esta situación será muy difícil para ellos construir, al menos, la percepción de que la gente está complacida con la forma que han gobernado y atendido las necesidades y demandas de la población; la mejor forma de medir la fortaleza social de los gobiernos no son las estadísticas ni los estudios demoscópicos, son las elecciones y los resultados allí están, una gran derrota al partido gobernante.
El PRI es la segunda fuerza, obtuvo 50 mil votos menos que Morena, mientras ellos tienden a fortalecerse, el Gobierno del estado y el PAN a debilitarse como resultado natural del desgaste que genera el ejercicio del poder y el incumplimiento de las expectativas ciudadanas. El PAN ha declarado que quiere la gubernatura dentro de la eventual coalición, el único de los aspirantes que ha rendido buenas cuentas en sus responsabilidades públicas es Javier Castrellón, los demás han venido obteniendo resultados muy cuestionables, circunstancia, que en la vía de los hechos restringe mucho sus opciones.
El PRI también ha manifestado que quiere la candidatura a Gobernador y sin duda, el que mejor posicionamiento tiene es Esteban Villegas, ya veremos hasta dónde lo impulsa su partido, en esta ocasión no se nota el acompañamiento que los dirigentes, una parte de la militancia y el exgobernador le dieron con anticipación al proceso electoral de 2016 para evitar que la candidata fuera Lety Herrera. Con estos elementos sobre la mesa es de esperarse que las negociaciones para integrar la coalición serán sumamente complicadas, de entrada, el único punto de encuentro que se percibe entre PRI, PAN y PRD está el de evitar que Morena gane la gubernatura; en este escenario el PRI debería valorar transitar solo, el PAN gradualmente seguirá con su tendencia a la baja y será un lastre durante el periodo de campañas y el PRD no se diga.
El asalto al Congreso deja en evidencia que el grupo “herreracalderista” que actualmente controla Morena ya se definió por impulsar la candidatura de la presidente Municipal de Gómez Palacio, primero la invitaron al recinto legislativo para que desde allí manifestara públicamente sus intenciones electorales y días después modificaron la Ley Orgánica del Congreso del Estado para poder apropiarse de la institución, al menos durante el proceso electoral.
Si algo ha caracterizado a José Ramón Enríquez es que no se deja apabullar, está acostumbrado a transitar en condiciones políticas adversas, que la dirigencia estatal de Morena y los actuales diputados locales, notoriamente, le estén dando acompañamiento a una de los aspirantes se les va a revertir porque la legitimidad que pudieran tener sus liderazgos se está desgastando, tanto al interior del partido, como hacía el exterior. En el actual contexto político un perfil opositor tendrá más posibilidades de ganar la gubernatura que un candidato que llevaría la carga de justificar y defender lo que se ha hecho, desde el Gobierno, durante los últimos años en Durango. La ecuación es sencilla.
Twitter: @ernestoescobosa