Ahora resulta que todos quieren ser diputados
Por: Gilberto Jiménez Carrillo
De los 500 legisladores de la Cámara de Diputados, prácticamente el 90 por ciento presentaron su carta de intención para reelegirse, es decir, 448 de ellos quieren ser nuevamente diputados por otros tres años. De los 252 diputados que conforman la bancada de Morena, 232 quieren ser nuevamente diputados; 64 de los 77 del PAN, 43 de los 48 del PRI, 43 de los 46 del PT, 22 de los 27 de MC, 22 de los 24 del PES, los 11 del PVEM, 7 de los 12 del PRD, y los tres independientes. Los diputados que busquen la reelección no tienen que separarse de su cargo, por lo que seguirán recibiendo los 152 mil 698 pesos mensuales que se le paga por dieta, alimentos y atención legislativa, seguirán teniendo derecho a su seguro de gastos médicos mayores, gratificación de fin de año, fondo de ahorro, seguro colectivo de vida y para gastos funerarios. Con respecto del Congreso local, también pasa lo mismo, varios de los que están, quieren seguir siendo, ya sea por el mismo distrito o por otro, pero quieren seguir siendo diputados. A esta lista le agregamos los que nunca han sido y quieren ser, los que de repente creen tener la solución para que a Durango y a México le vaya mejor, y piensan que, de ser electos legisladores, vendrán a descubrir el hilo negro y se convertirán en hacedores de leyes progresistas y en grandes tribunos.
Otro caso es de los que tienen experiencia legislativa y desean volver, no hablo de experiencia en el quehacer parlamentario, sino en que ya fueron parte de la estadística, es decir, vemos casos de personas que ya fueron diputados federales, incuso hasta senadores, y quieren de perdis ser diputados locales. En estos tiempos la Cámara de Diputados y los Congresos estatales, se han convertido en una apetitosa alternativa. Las condiciones de admisión son mínimas, pero varían en cada caso. Cada partido demanda atributos personales distintos. Por ejemplo, personas de fuerza física suficiente para empujar curules, bloquear portones y un vocabulario florido. También veremos a personas bien peinadas y persignadas. Se buscan representantes que tengan capacidad de aguante, pero al final todos tendrán algo en común… buena disposición para recibir instrucciones.
A diferencia de nuestros diputados, los concursantes en programas de televisión que aspiran a ganar grandes cantidades de dinero necesitan conocimientos, a veces triviales, a veces sofisticados, una buena dosis de audacia, iniciativa, creatividad e imaginación. Curiosamente, atributos que en un diputado serían muy mal vistos. Necesitamos diputados que conozcan las leyes, que sepan de los procedimientos parlamentarios; los miembros de las comisiones tendrían que ser personas enteradas de su materia de trabajo. No por ver televisión es uno experto en telecomunicaciones, no por vivir en la ciudad de México se puede uno declarar urbanista, y no por ser mujer se es experta en temas de género. Antes de que un Diputado ocupe por primera vez su curul, tendría que someterse a un examen mínimo de conocimientos: ¿Qué quiere decir la palabra presupuesto? ¿Qué significa la noción conflicto de intereses? ¿Cuál es la diferencia entre déficit y superávit? ¿Qué quiere decir parlamento? ¿Canonjía es el nombre de un sitio arqueológico en Chihuahua? La persona que responda correctamente a estas preguntas podrá ser diputado por tres años. Observar estos requisitos bastan para que podamos exigir a los futuros legisladores más trabajo, y no sólo legislativo.