Por: Eduardo Ortega

Fue el 3 de diciembre del 2011, en plena campaña en la FIL de Guadalajara, cuando el candidato del PRI, Enrique Peña Nieto, presentaba su libro: “México la gran esperanza”, cuando un reportero lo cuestiona sobre los tres libros que han marcado su vida. De inicio mencionó la Biblia, de la que aceptó haber leído solo una parte, a continuación, cito “La Silla del Águila”, atribuyendo la autoría del libro de Carlos Fuentes, a Enrique Krauze. También dijo: ése de los caudillos, (este si es de la autoría de Krauze), pero le fue imposible recordar el nombre al que se refería se trataba de: “Siglo de Caudillos”, también mencionó: “La inoportuna muerte del Presidente”, pero tampoco pudo recordar el autor.

A partir de esto, se inició un divertido juego entre entrevistadores y entrevistados, donde casi por regla general es aplicado a políticos. Sin temor a equivocarme pudiera asegurar que he visto la ejecución de este juego no menos de 20 ocasiones, muy pocas veces los entrevistados han logrado salir de la prueba con éxito. De lo positivo que me ha dejado esta terrible pandemia, es el tiempo que puedo dedicar a la lectura, en el transcurso del 2021 he leído no menos de 16 libros, aunque reconozco que de forma inmediata no pudiera recordar el título de la mitad de estos, y mucho menos sus autores, pero no tendría la menor dificultad para narrar el contenido de ellos, los títulos son como los números de teléfono, o recordar cuantos artículos tiene la Constitución, el nombre de algunas calles o simplemente donde dejamos las pin… llaves.

La víctima más reciente de esta broma, fue la candidata a la diputación local por el distrito 05 de la alianza “Va por durango”, Paty Jiménez, cuando la conductora Zujey Luna le dijo: “haber recomiéndenme un libro” pregunta que seguramente no esperaba la candidata, ya que tan solo atinó a contestar: fíjate qué hay un libro que… me gusta mucho y… no trató de decir nada más y riendo de forma divertida, tan solo agregó… ¡Ya salí como Peña Nieto verdad!

Por supuesto que esto solo es parte del anecdotario de campaña, aunque sus adversarios aseguran que esto molesto mucho a Paty. Si esto realmente fuera así, nunca hubiéramos conocido la escena, además; me tocó ver, que cuando le preguntan sobre este incidente le ocasiona mucha risa, no veo su molestia por ningún lado. Como dijo: Doménico Cieri: “Reírse de uno mismo es bañarse en salud”.

Lo que no le puede ocasionar la menor hilaridad es que se reviva la imputación que hicieron sus adversarios respecto a lo que conocimos como Sedecogate, recientemente la senadora Margarita Valdez aseguró que Paty no pagó este préstamo y esto se ha venido replicando en las redes sociales, fundamentalmente en Twitter donde somos verdaderamente incisivos. Pero en este caso me parece que existe una consigna de golpeteo y desinformación generado por motivos electorales.

Por supuesto que el llamado Sedecogate no nos gustó, existió una asignación discrecional de recursos, tráfico de influencias y hasta nepotismo. Tanto así que el entonces titular de la Secretaría de Desarrollo Económico, Tomás Dávila, se tuvo que ir; el propio gobernador Aispuro, pidió que se regresaran los recursos entregados de forma incorrecta y hacer una reasignación, este no fue el caso de Paty Jiménez, como ella misma lo dijo, hace mucho dejó de ser diputada y no existió influyentísimo. Es empresaria y hace más de 25 años fundó “Fábrica de Muebles Cóndor”, la cual genera 20 empleos fijos, los cuales se conservaron durante lo más álgido de la pandemia. Es cierto que pidió un crédito de 400 mil pesos, de los cuales ha estado realizando los pagos correspondientes, ha abonado 178 mil pesos como lo demostró ayer ante medios de comunicación.

¿Pero podrá probar la senadora que Paty Jiménez no paga… o ¿lo dijo nada más de puntada?

Por: @EduardoOrtegaS