APUNTES… Desterrar la grilla y hacer política: Meta ineludible
07/10/2019 - Hace 5 años en MéxicoAPUNTES… Desterrar la grilla y hacer política: Meta ineludible
Por: Guillermo Fabela Quiñones
La entrevista que dio el delegado del Gobierno federal, Manuel Espino Barrientos, al programa “Pico de Gallo” del Grupo Garza Limón, es el inicio de una nueva etapa de la política en Durango. Su designación tiene el objetivo de romper los diques que construyeron, al paso de casi nueve décadas, grupos de interés que hicieron de la entidad un coto económico al amparo del poder político, con miras muy estrechas que canalizaron el atraso estructural que caracteriza a nuestra entidad en el norte del país.
El presidente López Obrador se ha dado cuenta, así lo patentiza este nombramiento, que lo importante es sumar aunque los puntos que se logren no sean muchos cualitativamente. Durango es una muestra del abandono de la Federación, hecho que significó un estancamiento generalizado que no tiene sentido dejar que prosiga su curso. En su administración se darán pasos sustantivos para que los focos rojos en la geografía nacional dejen de ser un motivo de vergüenza.
El expanista llega a su nueva responsabilidad con la encomienda de hacer política, no “grilla” ideológica o de conveniencia, como lo dejó ver en la entrevista con Carlos Garza Limón. Será uno de los delegados más vigilados, tanto al interior del estado como desde el Gobierno federal, no sólo por su trayectoria política sino por el encargo del Ejecutivo de poner un freno al caballo desbocado de la corrupción y las componendas entre los sectores que por décadas han mantenido un control férreo sobre la sociedad.
Tendrá que trabajar codo con codo con el gobernador José Rosas Aispuro, porque los dos tienen la oportunidad histórica de sacar a Durango de su postración. Ambos se necesitan, porque por sí solos no tienen posibilidad de avanzar en una ruta llena de obstáculos y trampas de todo tipo. En los dos sexenios anteriores se fortalecieron grupos de interés con visión empresarial pero de muy cortas miras sociales y políticas.
La oportunidad que se les presenta a los dos es irrepetible, porque el presidente López Obrador se ha dado cuenta de la importancia de colocar a nuestra entidad en el mapa del siglo XXI, del cual está ausente, y lo seguirá estando si se perdiera esta magnífica coyuntura. No hay que olvidar que casi nueve décadas de cacicazgos regionales se encajaron muy hondo en la forma de ejercer el poder. El rompimiento con éstos, en los dos últimos sexenios, no benefició a los duranguenses: se construyó un nuevo andamiaje con la mira puesta en un futuro de hegemonía caciquil incluso más perversa.
De ahí la importancia de mirar hacia el futuro, tener muy en cuenta la instrucción presidencial de que los estados generen lo más posible sus propios recursos, depender menos de la Federación y abrir la puerta de un federalismo acorde con la urgencia de democratizar el Estado y lograr que la sociedad sea cada vez más participativa. Lo que debe dejarse a un lado, de inmediato, es la “grilla” para entrar de lleno a la etapa de la política, como el mejor camino para salir del subdesarrollo.
Los pleitos y las patadas bajo la mesa no benefician a nadie. Es la hora de sumar para obtener mayores dividendos. Todo está por hacerse en Durango. El Presidente lo sabe y se mostrará comprensivo en la medida que vea que nuestra vida pública está en vías de un cambio provechoso.
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